III.  La Roma pagana se transforma en “Roma cristiana”. Al convertirse el emperador Constantino, en el año 312, al cristianismo y trasladar la capital del Imperio Romano a la Nueva Roma, en Bizancio, él puso a gobernar sobre la antigua Roma a su hijo Constans, también “convertido al cristianismo”. Esto ocurrió en el año 333 d. C. Gradualmente, el cristianismo iba suplantando al paganismo tradicional en la Roma antigua. Pese a no ser ya la capital del Imperio, aquella ciudad seguía conservando por un tiempo gran parte de sus cuantiosas riquezas. Pero, luego comenzaron los desastrosos saqueos por los bárbaros del norte de Europa y las planicies de Asia. La ciudad fue saqueada en el año 387, entonces en el 410, el 455, el 472 y de nuevo en el 546, destruyendo los godos, visigodos, vándalos y otros agresores los magníficos edificios y lujosas villas, monumentos, esculturas y otras obras de arte, llevándose tesoros de toda clase, así dejando a la ciudad desvestida de sus riquezas y gloria. Durante esta época, la población menguó de aproximadamente un millón en el Siglo III a tan solo veinte mil habitantes. Con todo, no dejó de existir. En el futuro, se levantaría de nuevo como la “Roma Papal”, adquiriendo una vez más gran riquezas materiales, gloria terrenal y no poco poder, principalmente de índole eclesiástica.

A.  “La primera Roma, a orillas del Tíber, no se cayó en 476, como suelen decirlo libros escolares; se marchitó poco a poco. Ningún emperador murió en sus murallas cuando los visigodos la saquearon en el año 410, o por vándalos de Cartago en 455; hacía mucho tiempo los emperadores habían residido en otros lugares. Desde el Siglo III, la trayectoria del Imperio había sido orientada hacia el oriente.” (National Geographic. Diciembre, 1983. El Imperio Bizantino. Página 723)

B.  Esta Roma en el occidente, al dejar de ser la capital del Imperio en el año 330, es controlada, casi siempre, por el Imperio Romano Oriental (Bizantino) hasta el año 751, fecha en la que el Papa San Bonifacio corona a Pepino el Breve “Patriciano de los romanos”. En el año 756, Pepino el Breve otorgó al Papa jurisdicción secular sobre la Roma occidental y áreas adyacentes, así creándose los Estados Papales.

IV.  Riquezas extraordinarias de la Nueva Roma (Constantinopla), en Bizancio, desde poco después de su fundación hasta el saqueo de la ciudad por los cruzados en el año 1204 d. C.

A.  Ejemplo. Sus riquezas durante el reinado del emperador Justino. Siglo VI. (Datos tomados de El decaimiento y caída del Imperio Romano, por Edward Gibbon, Tomo I, Páginas 655 – 671. Enciclopedia Británica. Chicago)

1.  “Justino reinó sobre sesenta provincias y novecientas treinta y cinco ciudades” (Página 655).

2.  “Todo romano fue alojado, vestido y subsistía, gracias a la industria de mil manos” (Página 656).

3.  La seda llegó a ser “de uso indispensable…” (Página 657). “Una valiosa mercancía de poco volumen bien puede costear el gasto de la transportación terrera, y las caravanas atravesaron la latitud completa de Asia en doscientos cuarenta y tres días, desde el océano chino hasta la costa de Siria. La seda fue entregada inmediatamente a los romanos por los mercaderes persas…” (Página 656).

4.  En la isla de Ceilán, “los mercaderes de seda de la China, habiendo colectado en sus viajes aloes, clavos, nueces y madera de sándalo, mantuvieron una libre y beneficioso comercio con los habitantes del Golfo Pérsico” (Página 657).

5.  La Iglesia Santa Sofía, construida en Constantinopla, evidencia las “tantas riquezas” de la ciudad capitalina del Imperio Bizantino, o sea, del Imperio Romano sanado. Esta grandiosa estructura, actualmente convertida en museo, existe desde el año 537 d. C., fecha de su inauguración.

a)  Mide 74 metros (243 pies) de ancho, 82 metros (269 pies) de largo y 55 metros  (180 pies) de alto.

b)  “Un balaustre, con el trono del emperador en un extremo y el del Patriarca [de la Iglesia] en el otro, dividía la nave del coro.”

c)  “Cierto poeta, quien contempló el lustre original de Santa Sofía, enumera los colores, las variaciones y los matices de diez o doce mármoles, jaspes y pórfidos, diversificados profusamente por la naturaleza, y combinados y contrastados como por un artista experto. El triunfo de Cristo [alusión metafórica al edificio de la Iglesia Santa Sofía] fue adornado con los últimos botines del paganismo, pero la mayor parte de aquellas costosas piedras fue extraída de las canteras de Asia Menor, las islas y el continente de Grecia; de Egipto, África y Galo. Ocho columnas de pórfido, colocadas [originalmente] por Aurelio en el Templo del Sol, fueron donadas, gracias a la piedad de una matrona romana; ocho más de mármol verde fueron presentadas, gracias al celo ambicioso de los magistrados de Éfeso, [las dieciséis columnas] admirables por su tamaño y belleza…” [“Pórfido. Roca formada por cristales de feldespato y cuarzo incluidos en una masa amorfa de color rojo obscuro, muy estimada en construcción.” Diccionario del uso del español. María Moliner. Editorial Gredos. Madrid. Página 806.] El balaustre del lugar para el coro, los capiteles de las columnas, la ornamentación de puertas y galerías, eran de bronce dorado. El espectador fue deslumbrado por el aspecto brilloso de la cúpula. El santuario contenía cuarenta mil libras de plata, y los sagrados envases y vestimentas del altar eran del oro más puro, enriquecidos por gemas de inestimable valor.” (Citas y datos de El decaimiento y caída del Imperio Romano, por Edward Gibbon, Tomo I, Página 663)

-Presentación gráfica, con vistas de la Iglesia Santa Sofía.

d)  “Solo en Constantinopla, y los suburbios adyacentes, él [emperadorJustino] dedicó veinticinco iglesias al honor de Cristo, la Virgin y los santos. La mayoría de estas iglesias fueron decoradas con mármol y oro…” (El decaimiento y caída del Imperio Romano, por Edward Gibbon, Tomo I, Página 664).

B.  “Pero, ninguna de las ciudades de Justino [emperador del Imperio Romano oriental, durante una parte del Siglo VII] igualaba el esplendor de su Constantinopla. Visitantes medievales del occidente rural, donde Roma se había reducida a un pueblo pequeño por cuyas calles andaban hasta vacas, se quedaron boquiabiertos por la metrópolis resplandeciente, morada de medio millón, su puerto atestado de barcos, sus mercados llenos de sedas, especies, pieles, piedras preciosas, maderas olorosas, marfiles tallados, oro, plata y joyas esmaltadas. ‘No podía uno creer que hubiese en todo el mundo una ciudad tan rica’, reportó el cruzado Villahardouin.” (National Geographic. Diciembre, 1983. Artículo: “El Imperio Bizantino”. Página 723) “‘Ciudad anhelada por el mundo’, eje del universo medieval, Constantinopla se sentaba a horcajadas sobre una península magníficamente defendible frente a un puerto protegido, el Cuerno Dorado, a la encrucijada de Europa y Asia.” (National Geographic. Diciembre, 1983. Artículo: “El Imperio Bizantino”. Página 722)

C.  “Se puede imaginar el asombro crédulo de un simple caballero de la Cruzada IV. Para entonces, se decía que dos tercios de la riqueza de mundo se hallaba en Constantinopla” (Robert de Cari, “La conquista de Constantinople”. www.wikipedia.org)

-Presentación gráfica, con cinco gráficos que ayudan a comprender la gran riqueza de Constantinopla.

V.  Riquezas extraordinarias de la “Roma Papal” acumuladas hacia finales de la Edad Medieval. Las mismas están detalladas, con abundantes citas corroborantes, en el Capítulo Siete de este “Análisis”, Acto 1, Escena 2.

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Relevancia de “Apocalipsis” a las generaciones del presente

¿Llegó a existir en la tierra la “gran ramera – grande ciudad… espiritual” corrupta? Positivo. De cierto, ha existido en la tierra la entidad representada por “la gran ciudad” Sodoma-Egipto-Jerusalén-Babilonia. Ella no es, en definitiva, meramente una “creación literaria” de la “escuela apocalíptica”. Las proyecciones del verdadero “Apocalipsis” inspirado por Dios no son imaginarias, cumpliéndose las profecías del libro en el mundo real. Así que, viendo nosotros convertidas en realidades las profecías y visiones del libro, ¿no deberíamos tomar muy en serio todo lo revelado en él?