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-Contenido completo del "Capítulo Ocho" de este "Análisis"

APOCALIPSIS

Capítulo Ocho de este “Análisis”

“La gran ramera”

“Escandaloso drama convulsionado de una poderosa mujer inmoral, dominante  y avara. En ocasiones, perseguidora. A veces, increíblemente cruel y hasta sangrienta”

La que pretende gobernar al mundo entero y ser adorada por todos los seres humanos.

 


“La gran ramera” está “ebria de la sangre de los santos”. Pintura por Ted Larson. Derechos reservados.

Apocalipsis 17:1-7; 18:1-24; 19:1-4

Acto 7 

 “La mujer ebria de la sangre de los santos”

PERSECUCIONES contra “los santos” por “la gran ramera-gran ciudad”, la cual es, “en sentido espiritual”, Sodoma, Egipto, Jerusalén y Babilonia.

 

I.  Referencias en Apocalipsis a estas “PERSECUCIONES”.

A.  “…Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús…” (17:6).

B.  “Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra(18:24).

C.  “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella(19:1-2).

II.  Preámbulo a las “Escenas” del “Acto 7” del “Escandaloso drama de una poderosa mujer  inmoral, perseguidora, vengativa y sangrienta”. Esta “mujer”, muy atractiva y hechizante para multitudes de personas, mas repugnante para gente recta y decente, ¡se presenta delante de nosotros en un estado de embriaguez! Se nos informa que está “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” (Apocalipsis 17:6). ¡Ebria de SANGRE! ¡Bebe sangre esta mujer ramera! ¡Y no la sangre de animales sino la de seres humanos!  La toma de su “cáliz de oro”. Nos empavorece esta “mujer”; su acción insólita y su ebriedad inaudita nos hacen sentirse nauseabundos. Pensamos que “la sangre” que ella injiere la habrá mezclado con otros elementos para que embriague –acaso el “fuerte vino de la ardiente ira contra sus opositores”, el “zumo fétido de sus concupiscencias depravadas”, “licores exóticos de sus alianzas con poderosos gobernantes engañados”, o “especies picantes de su insaciable avaricia”. Bajamos la cabeza para no seguir contemplando a esta “mujer ebria de… sangre”, preguntándonos: ¿Quiénes son estos “santos”, estos “mártires de Jesús”, con cuya sangre se embriaga ella?

A.  De formar estas dos frases “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” un paralelismo, razonamos que las víctimas compondrían un solo grupo de mártires.

B.  No siendo paralelismo las dos frases, pensamos que posiblemente “santos”, en la primera frase, se refiera a los justos que sufrieron martirio durante las épocas anteriores a Cristo. Refiriéndose precisamente a este grupo, el autor de Hebreos escribe: “Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada…” (Hebreos 11:37). Esteban, el primer “mártir de Jesús”, antes de ser apedreado a muerte, acusa a sus compatriotas judíos, diciendo: “A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres. Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo” (Hechos 7:52). En “la gran ramera-gran ciudad” “se halló la sangre de los profetas y de los santos…”, dice el “ángel poderoso”, según Apocalipsis 18:24. Los “profetas” de este versículo bien pudieran ser los profetas de las eras antes de la iglesia, o los profetas de la iglesia del Señor, los que figuran en el fundamento de la iglesia, al igual que los apóstoles (Efesios 2:20-22).

C.  No siendo paralelismo las dos frases, la segunda, “…los mártires de Jesús”, abarcaría a los seguidores fieles del Señor muertos por fe en él durante la Edad Cristiana. Entre ellos, distinguimos a cinco grupos principales, a saber: (1) Los cristianos martirizados por judíos incrédulos, siendo Esteban el primero (Hechos 7). (2) Los cristianos martirizados por magistrados romanos paganos, comenzando con los que fueron muertos en 64 d. C. por Nerón, y muchos más durante varias persecuciones efectuadas hasta la conversión del emperador Constantino I en el año 312 d. C. (3) Los “cristianos” martirizados por el Imperio Romano “cristianizado”, desde el año 312 hasta el inicio del Milenio, cuando las naciones se deshacen de “la gran ramera” y empiezan a legislar libertad religiosa. (4) Los “cristianos” martirizados por la Iglesia Católica Romana. (5) Los cristianos que sufrirán martirio durante el “poco de tiempo”, etapa que transcurre entre el fin del Milenio y el fin del universo. En este “Acto 7”, del “Espantoso drama de una poderosa mujer inmoral y sangrienta”, nos limitamos a los grupos 2, 3 y 4. 

1.  “Grupo 2”  Durante los Siglos I, II y III de la Era Cristiana, los emperadores romanos solían ser celosos por los dioses y las diosas de Roma, es decir, por la antigua religión idolátrica dominada por “la gran ramera”. Nuevamente, traemos a memoria el hecho de que el emperador desempeñaba el papel de “Pontifex Máximus”, o sea, “Sumo Sacerdote”, y como tal, se conceptuaba como el “Protector” de las viejas tradiciones religiosas del Imperio. Ya que los cristianos no honraban al emperador como “Pontifex Máximus”, rehusando hacer sacrificios a él o a los dioses romanos, algunos de los emperadores determinaron, pese a la tolerancia religiosa generalmente característica del Imperio, perseguir a los cristianos. En la “Partida II” se detallan estas persecuciones.

2.  “Grupo 3” Con la “conversión” del emperador romano Constantino al “cristianismo” en el año 312 d.C., y la eventual elevación de la iglesia a “religión oficial del estado” en el año 380, se supone que cesaran las persecuciones, pero, lamentablemente, tal no fue el caso. Para principios del Siglo IV, la iglesia ya sufría de una apostasía progresiva muy avanzada, cumpliéndose en ella las profecías al respecto proclamadas en el Siglo I. Por ejemplo, la que dice: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios…” (1 Timoteo 4:1-5). “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá [Cristo, por segunda vez] sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:1-12). Reñidas controversias doctrinales sacudían a la iglesia –la fecha para la celebración de “Semana Santa”, el trato de cristianos que habían negado la fe al ser amenazados por las autoridades seculares pero que pedían ser restaurados a comunión tan pronto pasara el peligro, y sobre todo, cuestiones relacionadas con la Deidad, o “Trinidad”. Convertido Constantino, este asume una posición de mucha autoridad en la iglesia. Abanderizándose con la facción tenida por “ortodoxa”, repudia violentamente a grupos de congregaciones y líderes que discrepaban, proscribiéndolas y persiguiéndolas, aun hasta la muerte. Información sobre algunas persecuciones efectuadas por el Imperio Romano “cristianizado” se trae en la “Partida III” de este “Acto 7”.

3.  “Grupo 4” Una vez formada y establecida una fuerte jerarquía eclesiástica en la Roma de Occidente, la que gobernó autocráticamente a la Iglesia Católica Romana Latina, muchos de los oficiales de referida organización de origen humano, desde el Papa y los Cardenales, hasta arzobispos, obispos, sacerdotes y monjes, se volvieron cruelmente intolerantes, persiguiendo, torturando y matando a los que identificaban como “herejes”. Abundante información sobre sus métodos y víctimas es presentada en la “Partida IV” de este “Acto 7”.

D.  ¡CINCUENTA MILLONES DE MÁRTIRES RELIGIOSOS! Este es el asombroso total calculado para la Edad Media, el tiempo de la Reforma y el de la Contra Reforma (D, 91).  Antes de pronunciar “muy exagerada, aun absurda” esta cifra, nos convendría analizar objetivamente las tantas persecuciones y guerras religiosas, incluso las “Cruzadas”, como además el saldo de víctimas de la “Santa Inquisición”, registradas durante los aproximadamente 1,500 años que cubren las épocas mencionadas.

E.  ¿Verdaderos “mártires de Jesús”, o acaso víctimas de una religiosidad pervertida?

1.  Según nuestra apreciación, no todas las víctimas del “cristianismo politizado, intolerante y perseguidor” merecen ser tenidos por legítimos “mártires de Jesús”. Entre tales “víctimas” identificamos a los siguientes:

a)  Muchos judíos no creyentes en Cristo martirizados por prelados católicos romanos y los magistrados seculares bajo su dominio, particularmente en España.

b)  Judíos que “se convirtieron” nominalmente al catolicismo romano para escapar las garras de la “Santa Inquisición”, pero que secretamente seguían su propia fe. Algunos de estos también murieron, víctimas de persecuciones dirigidas contra la raza judía en general.

c)  Muchos mahometanos que residían en territorios conquistados por “fuerzas cristianas” fueron muertos, rehusando “convertirse al cristianismo”.

d)  Cientos de miles de miembros de sectas, movimientos o sociedades de índole religiosa que repudiaban al catolicismo romano, aun peleando con armas carnales contra la “madre Iglesia Católica Romana”, pero que ignoraban o malentendían las enseñanzas más fundamentales del evangelio puro del Señor, no obedeciéndolas.

e)  Desde luego, el Dios que conoce plenamente a todo ser humano –sus motivaciones, las circunstancias de su vida, etcétera- juzgará a cada uno conforme a su infinita sabiduría, teniendo misericordia o condenando conforme a su propia evaluación de cada caso.

2.  Pensamos no errar al plantear que ser “mártir” no es sinónimo de ser “santo”, o “cristiano verdadero”. Sufrir “martirio” tampoco resulta, necesaria e inevitablemente, en salvación eterna. Consabido es que desde tiempos remotos no pocos seres humanos han dado su vida por sus creencias religiosas. Pero, si es vana la “fe” que mueve al “sacrificio supremo”, ¿cómo esperar que tal acto, por abnegado y sincero que sea, dé por resultado ser admitido enseguida al “Paraíso de Dios”? ¿Son verdaderos “mártires de Jesús”, o de Dios, los mahometanos que se martirizan, voluntaria y gustosamente, por sus convicciones religiosas? ¿O los judíos que hacen otro tanto en defensa de su propia religión? ¿O los católicos romanos muertos en Irlanda por su religión mezclada con política? ¿O los protestantes en el mismo país a causa de su oposición a los católicos romanos? Martirizados, ¿son salvos eternamente en el instante de morir? Y los cientos de miles de protestantes que sufrieron martirio en defensa de sus creencias, particularmente durante las guerras religiosas del tiempo de la Reforma y la Contra Reforma, ¿todos son verdaderos “mártires de Jesús”? ¿Aun los que fueron muertos, peleando en conflictos bélicos materiales? Huelga decir que el veredicto atañe solo a Dios. Solo hacemos planteamientos; no juzgamos.

F.  “En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra (Apocalipsis 18:24). Así que, no solo se halla en “la gran ramera-gran ciudad” la sangre de santos, profetas y mártires de Jesús sino también la “de todos los que han sido muertos en la tierra”. O sea, la de los que han sufrido muerte violenta, pero cuyos nombres no están “escritos en el libro de la vida” porque murieron sin haberse reconciliado con Dios. Eran partidarios de “la gran ramera-gran ciudad-bestia escarlata”, es decir, de los poderes religiosos-seculares-políticos engañados, y fueron muertos mientras los prestaban servicio, de la manera que fuera. Ya que “poderes engañados” de esta índole han existido desde el tiempo de Nimrod y Semiramos, engañando, gobernando y explotando al grueso de la humanidad, no nos sorprende la terminología tan abarcadora de la expresión “TODOS los que han sido muertos en la tierra”.

 

 

"En el Coliseo de Roma, cristianos condenados a la muerte."

http://www.sv.vccs.edu/acad/classes/his101a6/The_Christian_Martyrs_Last_Prayer_by_Gerome.jpg

 

II.  “Escena 1”, del “Acto 7”, del “Espantoso drama…” Persecuciones de la Roma imperial pagana antes de la conversión del emperador Constantino en el año 312. En esta “Escena”, entran al escenario unos cuantos emperadores romanos, uno tras otro, de acuerdo al tiempo de su reinado, declarando, en algún momento, oposición a los “cristianos”, amenazándolos con castigos, confiscando las propiedades de algunos, azotando a otros, torturando a los más irrespetuosos y matando a algunos que rehúsan tajantemente renegarse de su fe o hacer sacrificios a los dioses romanos, incluso al emperador mismo venerado por los paganos como “dios”.

A.  Año 64 d. C. La “gran ciudad” de la Roma imperial está en llamas. Entra al escenario el emperador Nerón. Acusado por muchos habitantes de Roma de haber incendiado él mismo la ciudad, Nerón decide atribuir a los “cristianos” la terrible conflagración, la cual deja sin techo gran parte del populacho y destruye innumerables negocios. Según los Anales de Tácito, XV.44, historiador romano que vivió durante la segunda mitad del Siglo I y la primera del Siglo II, “una vasta multitud fue condenada, no tanto por el crimen de incendiar [a la ciudad de Roma] como por su odio a la raza humana. Y en su forma de morir fueron hechos objetos de deporte, pues fueron envueltos en las pieles de bestias salvajes y desgarrados en pedazos por perros, o clavados en cruces, o incendiados, y al resistir, fueron quemados, sirviendo de antorchas nocturnas”. (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

1.  “Los huertos de Nerón fueron destinados para el espectáculo melancólico, el cual fue acompañado por una carrera de caballos, y honrado con la presencia del emperador, circulando este, en la vestimenta y con la actitud de carretero, entre el populacho” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 212).

2.  Refiriéndose el historiador Edward Gibbon a lo sucedido en Roma en el año 64, escribe: “Es evidente que tanto el efecto como la causa de la persecución por Nerón fueron confinados dentro de la murallas de Roma; que los principios de los galileos, o cristianos, nunca fueron tenidos como causa de persecución, o siquiera de investigación (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 214).

B.  Años del 89 al 96. Entra al escenario el emperador Domiciano. “Según muchos historiadores, tanto judíos como cristianos fueron perseguidos fuertemente hacia finales del reinado de Domiciano (89 – 96)19. … Sin embargo, otros historiadores han sostenido que había poca o ninguna persecución de cristianos durante el tiempo de Domiciano22, 23, 24. No hay consenso histórico al respecto.”  (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”. A continuación, fuentes correspondientes a los números sobrescritos:

19.  Smallwood, E.M. Classical Philology 51, 1956.

22.  Merrill, E.T. Essays in Early Christian History (London:Macmillan, 1924).

23.  Willborn, L.L. Biblical Research 29 (1984).

24.  Thompson, L.L. The Book of Revelation: Apocalypse and Empire (New York: Oxford, 1990).

C.  Años del 109 al 111. El próximo emperador que entra al escenario es Trajano. Este ha recibido una carta de Plinio el Menor, gobernador de la provincia de Bitinia, en la que informa al emperador Trajano haber ordenado la ejecución de unos cuantos cristianos. Escuchamos al emperador dictar que los cristianos no deberían ser buscados deliberadamente, que información anónima debería ser rechazada como una cosa “indigna  de nuestros tiempos”, y que los cristianos deberían ser puestos en libertad al renegar de la fe y “adorar a nuestros dioses”. Sin embargo, añade él, los que persisten en su fe deberían ser castigados. (Plinio, Cartas. 10.97) Enseguida aparece en el escenario el Sr. Edward Gibbon, un historiador inglés, muy reconocido por su extraordinario conocimiento de aquellos tiempos del Imperio Romano, con las siguientes explicaciones:

1.  “De haber sido el Imperio afligido por alguna calamidad recién ocurrida, por una plaga, una hambruna o guerra fracasada; si el río Tíber había crecido, o no, hasta salir de su cauce; si la tierra había temblado, o si el orden templado de las estaciones había sido interrumpido, los paganos supersticiosos estaban convencidos que ‘los crímenes e impiedad de los cristianos’, a salvos por la indulgencia excesiva del gobierno, hubiesen provocado, por fin, la justicia Divina” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 216).

2.  “Los edictos de Adriano y Antonio Pío [emperadores romanos] declararon expresamente que la voz de la multitud jamás debería admitirse como evidencia legal con el propósito de condenar o castigar a aquellas personas ‘infortunadas’ las que se habían hecho partidarios del entusiasmo de los cristianos” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 233).

D.  Años 169 – 180. Habiéndose retirado del escenario el emperador Trajano y el Sr. Gibbon, vemos entrar al emperador Marcos Aurelio. Y se nos dice: “Para el emperador Marcos Aurelio, la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma, con sus ramificaciones morales, era maliciosa y peligrosa para el bienestar del estado. Durante su reinado, fue emitida una ley según la que debería ser castigado con destierro todo aquel que intentara influir en la mente de la gente inculcándole temor a la Divinidad, siendo esta ley dirigida a los cristianos. Por cierto, el reinado de Marcos Aurelio fue un tiempo tempestuoso para la iglesia, aunque no puede establecerse una relación directa entre su persona y las persecuciones. La ley de Trajano fue suficiente para justificar las medidas más severas contra los seguidores de la religión ‘prohibida’. Uno de los actos de violencia contra cristianos mejor evidenciado fue el de la persecución en León, Francia, ocurrido en el año 177 d. C. Más de cuarenta y ocho cristianos fueron muertos.” (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

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El emperador romano Séptimo Severo. www.wikipedia.org

E.  Años 193 – 211. Salido Marcos Aurelio del escenario, toma su lugar el emperador  Séptimo Severo. También el cristiano Clemente de Alejandría, obispo en aquella gran ciudad de Egipto. Este dice, refiriéndose a la persecución desatada por Marcos Aurelio: “Diariamente, muchos mártires son incendiados, encarcelados o decapitados ante nuestros propios ojos”. Se nos explica que el rápido crecimiento de la iglesia provocó antagonismo popular en algunos lugares, brotando persecuciones en Cartago, Alejandría, Roma y Corinto entre los años 202 y 210. En el año 202, Séptimo Severo promulga una ley prohibiendo el evangelismo de parte de cristianos y judíos. “Este fue el primer decreto universal que prohibiera convertirse al cristianismo. Persecuciones violentas estallaron en Egipto y África del Norte. Leonides, padre de Origen, un apologista cristiano, fue decapitado. Origen mismo se salvó porque su madre escondió su ropa. Una doncella fue torturada cruelmente, luego echada, juntamente con su madre, en un hervidor lleno de brea ardiente. Se informa que Perpetua, aristócrata joven, y Felícita, su sierva, se tomaron de las manos y se besaron antes de ser echadas a animales salvajes durante un festival público.” (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

F.  Año 235. El emperador Maximino inició una persecución dirigida principalmente contra la jerarquía de la iglesia.

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El emperador romano Decio. www.wikipedia.org

G.  Años 249 – 251. Durante el reinado de Decio. “La persecución durante el tiempo de Decio fue la primera persecución universal y organizada contra los cristianos. En enero de 250, Decio promulgó un edicto según el que todos los ciudadanos deberían hacer un sacrificio al emperador en la presencia de un oficial romano, obteniendo un certificado como evidencia de haberlo hecho. La opinión del público en general condenó la violencia del gobierno, admirando la gente la resistencia pasiva de los mártires, y esto dio por resultado el fortalecimiento del movimiento cristiano. La persecución de Decio cesó en 251, unos pocos meses antes de la muerte de éste.”  (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

1.  “Los autores eclesiásticos de los Siglos IV y V imputaron a los magistrados de Roma el mismo grado de celo implacable e incesante que llenó sus propios pechos en contra de los herejes e idólatras del tiempo en el que les tocó a ellos mismos vivir” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 217).

2.  Los magistrados romanos “frecuentemente rehusaron aceptar la tarea odiosa de persecución, descartaron con desprecio acusaciones contra cristianos, o sugirieron a los cristianos acusados alguna evasión legal mediante la que pudieran evitar la severidad de las leyes. Al ser investidos del poder discrecional, lo aprovecharon mucho menos para oprimir a la iglesia afligida que para su alivio y beneficio” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 217).

3.  “El erudito Origen, íntimamente familiarizado con la historia de los cristianos por su propia experiencia como también lo que leía, declara, utilizando una terminología expresa, que el número de los mártires no fue, de modo alguno, considerable. Por sí solo, su testimonio bastaría para aniquilar el ejército formidable de mártires, cuyas reliquias, extraídas principalmente de las catacumbas de Roma, han rellenado tantas iglesias, y cuyas hazañas ‘maravillosas’ han sido los temas de tantos tomos de romance sagrado. Con todo, la aserción general de Origen se explica y se confirma por el testimonio particular de su amigo Dionisio, quien, estando en la inmensa ciudad de Alejandría durante la persecución rigorosa de Decio, cuenta tan solo diez hombres y siete mujeres los que sufrieron por la profesión del nombre cristiano” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 217).

H.  Años 253 – 260. “Durante el reinado de Valeriano, se exigió que todo el clero cristiano sacrificara a los dioses. Según el edicto de 257, el castigo fue exilio; en 258, el castigo fue muerte. Senadores, caballeros y damas cristianos fueron ordenados a sacrificar bajo pena de grandes multas, reducción de rango y, más tarde, muerte. Finalmente, fue prohibido a todos los cristianos visitar sus cementerios. Entre los ejecutados durante el reinado de Valeriano se encontraban San Cipriano, obispo de Cartago, y Sixto II, obispo de Roma. Según una carta escrita durante este tiempo por Dionisio, ‘tanto hombres como mujeres, tanto jóvenes como ancianos, doncellas y matronas, soldados y civiles, de toda edad y raza, triunfaron sobre las pruebas, ganando sus coronas’. La persecución cesó al capturar los persas a Valeriano. Galiano, el hijo y sucesor de Valeriano, revocó los edictos de su padre.” (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

1.  Quizás Dionisio se refiriese a todos los mártires en todo el Imperio Romano durante el reinado de Valeriano. Según la partida “G. 3.”, hubo tan solo diecisiete mártires en la gran ciudad de Alejandría, Egipto.

2.  En el caso del obispo Cipriano, de Cartago, la sentencia fue dictada de la siguiente manera: “Que Thascius Cyprianus debería ser decapitado inmediatamente, por ser enemigo de los dioses de Roma, y por ser la cabecilla principal de una asociación criminal, la cual él había seducido a resistir impíamente las leyes de los muy santos emperadores Valeriano y Gallieno”. “La forma de su ejecución la más leve y menos doloroso que pudiera ser infligida a una persona sentenciada por una ofensa capital” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 219).

I.  Años 286 – 312. Durante el reinado de Diocleciano. “Durante los primeros quince años de su reinado, Diocleciano purgó su ejército de cristianos, condenó a muerte a los maniqueos, y rodeó a sí mismo de los oponentes públicos del cristianismo. La preferencia de Diocleciano por un gobierno activista, combinada con la imagen que tenía de sí mismo como restaurador de la antigua gloria de Roma, presagió la más extensa persecución de toda la historia romana. En el invierno de 302, Galerio animó a Diocleciano a iniciar una persecución general contra los cristianos. Una persecución general fue invocada 24 de febrero de 303. Al subir Constantino al poder en 306, restauró completa igualdad legal a los cristianos, devolviendo a ellos propiedades confiscadas durante la persecución. En el Oriente, Galerio puso fin a la persecución en el año 311, pero su sucesor Maximino la renovó en Egipto, Palestina y Asia Menor. En 313, Constantino y Licinio firmaron el ‘Edicto de Milán’, el que ofreció una aceptación más comprehensiva del cristianismo que el edicto de Galerio. En 313, Licinio destronó a Maximino, poniendo fin a la persecución en el Oriente.” (www.wikipedia.org. Traducción de una porción del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”)

-El historiador Eusebio (263 – 239 d. C.) apunta que solo nueve obispos fueron muertos durante la persecución desatada por Diocleciano. Según los datos proporcionados por él, noventa y dos cristianos fueron martirizados en la provincia de Palestina. Basando sus cálculos en esta información, la suspensión de la persecución en algunas áreas, el hecho de que algunos gobernadores rehusaron manchar sus manos con la sangre de cristianos, etcétera, el historiador Edward Gibbon estima en aproximadamente dos mil el total de mártires en todo el Imperio Romano durante el tiempo de Diocleciano (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 233).

El concepto que tenían los “Padres de la iglesia” de ser el cristiano martirizado a causa de su fe

Al respecto, el historiador Edward Gibbon escribió lo siguiente: “No es fácil extraer ideas claras de las declamaciones vagas, aunque elocuentes, de los Padres, o determinar el grado de gloria inmortal o felicidad que, confiadamente, prometieron a los que fueran tan afortunados como para derramar su sangre por la causa de religión. Con diligencia encomiable, inculcaron que el fuego del martirio suplía todo defecto y expiaba todo pecado; que, mientras las almas de cristianos ordinarios se veían obligadas a pasar por una lenta y dolorosa purificación, los sufridores triunfantes entraban de inmediato al disfrute de felicidad eterna, donde, en compañía de los patriarcas, los apóstoles y los profetas, reinarían con Cristo, desempeñando el papel de asesores en el juicio universal de la humanidad” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 219).

1.  Estas ideas y actitudes indujeron a algunos cristianos a buscar adrede el martirio, acción que Cristo y los apóstoles jamás hubieran aprobado. “En ocasiones, faltando acusadores, los cristianos suplían declaraciones voluntarias, disturbaban rudamente los servicios públicos de los paganos, o, lanzándose por multitudes alrededor del tribunal de los magistrados, retaban a estos a pronunciar e infligir sentencias conforme a la ley” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 220).

2.  “El famoso número de diez persecuciones fue fijado por los escritores eclesiásticos del Siglo V… Los ingeniosos paralelos con las diez plagas de Egipto, y con los diez cuernos de Apocalipsis, primero sugirieron esta cifra a sus mentes, y en su aplicación de fe en las profecías a la verdad de la historia, tuvieron cuidado de seleccionar los reinados más hostiles a la causa cristiana. Pero, estas persecuciones transitorias solo sirvieron para reavivar y restaurar la disciplina de los fieles; y los momentos de rigor extraordinario fueron compensados por intervalos mucho más largos de paz y seguridad. La indiferencia de algunos magistrados y la indulgencia de otros hacían posible que los cristianos gozaran una tolerancia real y pública, aunque no legal, de su religión” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 221).

(Los datos y el análisis de Edward Gibbon descansan en una gran cantidad de fuentes de información debidamente desglosadas para cada capítulo de su magna obra.) 

 

III.  Persecuciones del Imperio Romano “cristianizado” desde la conversión del emperador Constantino en el año 312 d. C. hasta el inicio del Milenio, cuando las naciones se deshacen de “la gran ramera” y empiezan a legislar libertad religiosa.

A.  El emperador Constantino I y los “cristianos ortodoxos” persiguen a muerte a los demás cristianos. “Constantino les dio [a los líderes de la iglesia] seguridad, riquezas, honores y venganza; y sostener la fe ortodoxa fue considerado el deber más sagrado e importante del magistrado civil. El Edicto de Milán, magna carta de tolerancia, había confirmado para todo individuo del mundo romano el privilegio de escoger y profesar la religión que quisiera. Pero, este privilegio inestimable pronto fue violentado, pues juntamente con el conocimiento de la verdad, el emperador [Constantino] embebió las máximas de la persecución; y las sectas que disintieron de la Iglesia Católica fueron afligidas y oprimidas por el cristianismo triunfante. …  No se perdió ni un momento en excluir a los ministros y maestros de las congregaciones separadas [es decir, no tenidas por “ortodoxas”] de cualquier participación en las dádivas e inmunidades otorgadas tan generosamente por el emperador al clero ortodoxo. Pero, ya que los sectarios pudieran seguir existiendo pese a la sombra de la desaprobación de la realeza, la conquista del oriente fue seguida de inmediato por un edicto anunciando su destrucción total. Después de un preámbulo lleno de pasión y reproches, Constantino prohíbe absolutamente asambleas de los herejes y confisca sus propiedades públicas para la venta o el uso de parte de la Iglesia Católica (Gibbon, Tomo I, Página 305). Perseguidos: 

“Bien que el cristianismo fue declarado la religión oficial del Imperio en el año 380, la persecución de cristianos no cesó completamente, tornándose en contra de los que fueran tenidos por herejes” (www.wikipedia.org. Traducción de una oración del Artículo en inglés “Persecution of Christians in the Roman Empire”).

CONSTANTINOPLA. Oficialmente reconocido el cristianismo mediante el Edito de Milán en el año 313 d.C., casi enseguida estallaron conflictos físicos entre las facciones ya creadas a causa de teologías encontradas. Por ejemplo, entre los arrianos y los atanesianos sobre la doctrina de la Deidad. Hubo persecuciones y muertes. Aun durante la vida del emperador Constantino, “las sectas que estaban en desacuerdo con la Iglesia Católica fueron afligidas y oprimidas”. Sus ministros fueron excluidos de las inmunidades concedidas solo a la Iglesia Católica. Se dictó su destrucción total. Sus reuniones fueron prohibidas y sus propiedades confiscadas (Gibbons, El debilitamiento y la caída del Imperio Romano, Tomo I, Página 305-314). Así pues, antes de la muerte de Constantino I brotaron en el seno del cristianismo las llamas de la intolerancia religiosa, consumiendo durante los próximos dieciséis siglos increíble número de víctimas.

 

-“El respaldo de la fe ortodoxa fue considerado el deber más sagrado e importante del magistrado civil” (Gibbon, Tomo I, Página 305).

-Edicto de Milán –magna carta de la tolerancia religiosa. Violado por Constantino mismo.

-Seguidores de Paulo de Samosata

-Montanistas de Frigia (continuación de profecías)

-Novacianos (Negaron la eficacia temporal de la penitencia)

-Marcionitas (Gnósticos)

-Valentianos (Gnósticos)

-“Algunas de la regulaciones penales fueron copiadas de los edictos de Diocleciano…”

-Guerras iconoclastas

 

IV.  Persecuciones de la “Roma pontificia”.

“Quienes revisan con ojo inquisitivo los desenvolvimientos de la raza humana quizás observen que los huertos y el circo de Nerón en la colina Vaticana, los que fueron manchados con la sangre de los primeros cristianos, han sido hechos todavía más famosos por el triunfo y el abuso de la una vez perseguida religión. Sobre aquel mismo lugar, ha sido edificado por los Papas ‘cristianos’ un templo que sobrepasa por mucho las antiguas glorias de la Capital –los Papas, quienes, derivando su pretensión al dominio universal del humilde Pescador de Galilea, han sucedido al trono de los Césares, impartido leyes a los conquistadores bárbaros de Roma y extendido su jurisdicción espiritual desde la costa del Báltico hasta las playas del Océano Pacífico.” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 213)

“La iglesia de Roma defendió con violencia el imperio que había obtenido por fraude; un sistema de paz y benevolencia pronto fue deshonrado por proscripciones, guerras, masacres y la institución del santo oficio” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 233)

 

 

 

C.  Los siguientes ejemplos realzan el intolerante y sanguinario espíritu perseguidor de la Iglesia Católica Romana contra toda clase de persona que no se sometiera a ella, sin que pretendamos nosotros identificar entre las víctimas a los verdaderos “mártires de Jesús”.

Los defensores de la Iglesia Católica intentan esquivar su culpa en esta tragedia sin paralelo señalando que el “brazo secular” (entiéndase los reyes, príncipes, jueces, soldados, policías y demás funcionarios seculares) llevó a cabo las torturas y ejecuciones. Pero, la realidad innegable es que la fuerza que movía el “brazo secular” era la jerarquía de la Iglesia Católica Romana, instigando y mandando.

 

2.  ESPAÑA.

a)  “La conducta hórrida del Santo Oficio (la Santa Inquisición) debilitó el poder y redujo la población de España, pues obstaculizaba el progreso de las artes, las ciencias, la industria y el comercio; también porque obligó a multitudes de familias a salir del Imperio ya que instigaba la expulsión de los judíos y de los moros; también por inmolar en sus hogueras candentes a más de 300,000 víctimas (Jean Antonine Llorente, Secretario de la Inquisición española, 1790-92, Historia de la Inquisición, citado en R. W. Thompson, El papado y el poder civil, Página 82). Nota: algunos historiadores consideran exagerada la cifra de “300,000 víctimas quemadas”.

b)  Zurita, uno de los secretarios de la Inquisición, se jactó de que habían incendiado a cuatro mil herejes solo en Sevilla (La Reforma, Will Durant, Página 215-216). El inquisidor Páramo confirma este dato. Los cuatro mil fueron quemados en los años del 1480 al 1520, y treinta mil personas fueron sentenciadas y condenadas a sufrir distintas penalidades durante el mismo periodo (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 3).

c)  Año 1483. El infame inquisidor Tomás de Torquemada fue nombrado cabeza de la Inquisición en España.

Tomás Torquemada, inquisidor español

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d)  Año 1492. Se ordenó que todos los judíos salieran de España.

e)  Año 1499. El inquisidor general Francisco Jiménez intentó forzar la conversión de los moros en España. Estos se rebelaron. (Datos de las últimas tres partidas tomados de Microsoft Booksheft, Cronología, CD-ROM, 1994.)

f)  Francisco de San Román fue quemado a la estaca en el año 1542. Mientras ardía, algunos espectadores fanáticos metieron sus espadas en su cuerpo. En Sevilla, el canónigo Juan Gil fue encarcelado durante un año por haber predicado en contra de la veneración de imágenes, oraciones a los santos y la eficacia de obras meritorias para ganar la salvación. Murió, y después de muerto, exhumaron y quemaron sus huesos. El canónigo Constantino Ponce de la Fuente, convertido, murió en las mazmorras de la Inquisición. Catorce seguidores de Constantino fueron quemados, incluso cuatro frailes y tres mujeres convertidas (La Reforma, Will Durant, Página 640).

g)  Valladolid. Año 1559. El “domingo de la Trinidad”, día 21 de mayo, “catorce fueron ejecutados en presencia de una multitud que aplaudía”. El día 8 de octubre, dos fueron quemados vivos y diez estrangulados ante una multitud de doscientos mil presidida por Felipe II (La Reforma, Will Durant, Página 640).

h)  Miles de judíos fueron masacrados por la Iglesia Católica en España. (Datos tomados de La Reforma, Will Durant, Páginas 200-201.)

(1)  Año 1328. Navarre. Cinco mil judíos masacrados y sus casas quemadas.

(2)  Año 1391. Fernán Martínez avivó al populacho en todos los centros importantes de España a masacrar a todo judío que rehusara convertirse.

(3)  Año 1355. Toledo. Mil doscientos judíos asesinados.

i)  La Inquisición aún “florecía en todo el país hasta 1700”. Del 1700 al 1746, se quemaron otros setecientos ochenta y dos “herejes” y catorce mil fueron sometidos a distintos castigos (La nueva enciclopedia de Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 4).

3.  FRANCIA. 

a)  Año 1179. Referente a los albigenses y otros grupos parecidos, “para el año 1179, los seguidores de la nueva doctrina eran tan numerosos, especialmente en el sur de Francia, que Alejandro III propuso el plan de aplastarlos físicamente. Inocente III organizó una guerra religiosa sistemática contra ellos, utilizándose universalmente las inquisiciones episcopales” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 2).

“Valdense amarrado a una estaca y quemado por católicos”

Pintura por Joe Maniscalco. http://biblical-illustrations.com

b)  Año 1209. Sesenta mil  personas fueron ultimadas por mandato de la Iglesia Católica Romana en Beziers, Francia (B, 124; C, 256).

c)  Año 1211. Cien mil albigenses (protestantes) fueron muertos en un solo día in Layaur, Francia y los pueblos aledaños. El gobernador del área fue ahorcado. Muchos ciudadanos fueron quemados vivos. Tantos fueron traspasados por espada que la sangre corría por las calles. Los católicos que perpetraron esta masacre celebraban misas solemnes en medio de la carnicería y glorificaban a Dios por la “victoria de la iglesia”, aun componiendo un himno en honor del evento (B, 124).

d)  En Merindol, Francia quinientas mujeres valdenses fueron quemadas en un establo donde se habían refugiado de los católicos. Muchas mujeres fueron ultrajadas a la mira de todos. Los hijos de los valdenses fueron asesinados en presencia de sus padres. Algunos fueron tirados desde peñascos. Otros fueron arrastrados desnudos por las calles (B, 124).

“Masacre de valdenses en el Monte Castalluso”

Por Joe Maniscalco http://biblical-illustrations.com

e)  Año 1487. El Papa Inocente VIII (1484-1492) levantó una cruzada contra los valdenses (vaudois) en Francia prometiendo “la remisión de todos sus pecados a todo aquel que matara a un hereje” (C, 257). “Representantes del papado siguieron devastando pueblos y villas hasta mediados del Siglo XVI. … El rey francés Francis I armó una cruzada contra los valdenses de Provence, desembocando en una genocida que los exterminó en Francia para el año 1545 (http://en.wikipedia.org/wiki/Waldenses).

“Valdense a punto de ser decapitado”

Por Joe Maniscalco. http://biblical-illustrations.com

El hombre detrás del verdugo es un sacerdote católico.

f)  Año 1562. En la ciudad de Orange, Francia los católicos mataron a muchos protestantes (B, 124).

g)  Año 1572. Agosto 17 a September 17. “El masacre del día de San Bartolomé.” “Los católicos mataron a muchos hugonotes en París; masacres similares tomaron lugar en otros pueblos durante las siguientes semanas, calculándose en 70,000 el total de muertos. Los perpetradores fueron protegidos por una amnistía.”   (http://en.wikipedia.org/wiki/Huguenot) Celebrando el evento, el Papa Gregorio XIII hizo una moneda conmemorativa. Asombrosamente, ¡en un lado de la moneda aparece una mujer sosteniendo una copa de oro en su mano! ¿Semejanza de la “gran ramera” de Apocalipsis 17, “ebria con la sangre de los mártires”, con el “cáliz de oro” en su mano, lleno de sus “abominaciones” e “inmundicias”? (B, 124-125) “Hugonote” fue nombre dado a los protestantes en Francia, siendo ellos seguidores de Juan Calvino. En su apogeo, a mediados del Siglo XVII, había unos dos millones de hugonotes en Francia, mientras sumaban aproximadamente dieciséis millones los católicos (http://en.wikipedia.org/wiki/Huguenot).

19th century painting by François Dubois

“El masacre del día de San Bartolomé”, por François Dubois (Siglo XIX)

http://en.wikipedia.org/wiki/St._Bartholomew%27s_Day_Massacre

4.  BOHEMIA y POLONIA.

a)  El Papa Martín V (1417-1431) ordenó al rey de Polonia a exterminar a los husitas. Escribió: “Sepa que conforme a los intereses de la Santa Sede, como también a los de su corona, es su deber exterminar a los husitas. Así pues, mientras aún haya oportunidad, despliegue sus fuerzas (militares) contra Bohemia: queme, masacre, haga de todo un desierto, ya que no habrá nada que agrade más a Dios o que sea más útil para la causa de los reyes que la exterminación de los husitas” (Cormenin, Historia de los Papas, Páginas 116-117, citado en El papado y el poder civil, Página 553, R. W. Thompson).

b)  Año 1637. “El jesuita Anton Koniasch se jactó de haber quemado más de sesenta mil  libros en Bohemia, casi todos Biblias” (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 422).

5.  INGLATERRA. Años 1553-1558. A principios del Siglo XVI, los “protestantes” se impusieron en Inglaterra. Luego subió al trono la reina católica María (conocida en la historia como “la sanguinaria María”). Esta se empeñó en restaurar el catolicismo en su país. A consecuencia de sus acciones, “cientos (de protestantes) fueron martirizados durante su reinado corto” (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 423).

 

“Patrick Hamilton, escocés, quemado por hereje en el 1528.”
La orden de ultimarlo fue emitida por autoridades católicas romanas.
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6.  HOLANDA. “En la persecución de la herejía en Flanders y Holanda, el rey Carlos V respaldó el cien por ciento a la Iglesia (Católica)”. Instaló la Inquisición en Holanda (La Reforma, Will Durant, Páginas 632-635).

a)  1 de julio de 1523. Henry Voes y Johann Eck, dos frailes agustinianos convertidos, fueron quemados.

b)  Año 1524. El prior Henry de Zutphen, convertido, fue quemado.

c)  El emperador Carlos V, del Sacro Imperio Romano, montó un pogromo (intensa campaña de extirpación) prolongado para acabar con los “disidentes” religiosos. “En el 1546, el embajador veneciano a la corte de Carlos V calculó que treinta mil personas, casi todas Anabautistas, fueron muertas” (La Reforma, Will Durant, Páginas  633-635).

d)  “En términos de crueldad, el duque de Alva sobrepasó a los emperadores paganos de Roma, destruyendo, según Grotius, las vidas de cien mil protestantes holandeses durante sus seis años como regente (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 422. El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1. Página 233).

7.  SUECIA.  Año 1520 d.C. La Iglesia Católica Romana responsable por una masacre. Los suecos proclamaron a Sten Sture regente, independizándose de Dinamarca. El arzobispo Gustav Trolle se opuso. Sture lo destronó. El Papa Leo X ordenó que restauraran a Trolle a su puesto. Sture se negó. El Papa comisionó a Cristián II, rey de Dinamarca, a invadir a Suecia. Estalló una guerra. Cristián II triunfó y el día 4 de noviembre de 1520 fue coronado rey de Suecia. Cristián II restauró a Trolle. Un representante de Trolle acusó a algunos líderes suecos, quienes habían apoyado a Sture, de crímenes mayores contra el Arzobispo. “A pesar de la amnistía, setenta líderes suecos fueron condenados a morir. Estos fueron decapitados en la Gran Plaza el día 8 de noviembre. El día 9, otros fueron arrestados y ejecutados. Algunos espectadores de los que expresaron simpatía para ellos también cayeron en la carnicería. Las propiedades de los ejecutados fueron confiscadas para el rey. Todo Suecia gritó con horror. Entre el público, la Iglesia (Católica Romana) perdió estima en gran manera por haber iniciado la masacre” (La Reforma, Will Durant, Página 621 - 622).

 

8.  ITALIA.

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Galileo ante los inquisidores católicos romanos. Año 1632.
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a)  Año 1207. La Inquisición procedió “con severidad sin paralelo” contra los Paterenenses. Esta acción causó una revolución en Viterbo en el 1265 y en Parma en el 1277, resultando en la expulsión de los inquisidores y el asesinato de algunos (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Páginas 2-3).

b)  En el 1542, el cardenal Caraffa, reorganizó la Inquisición italiana al estilo de la española. Con el respaldo de toda la Curia Romana, extirpó la Reforma del país. Los proponentes de la Reforma en Italia “fueron encarcelados o muertos” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Páginas 3-4).

9.  ALEMANIA.

a)  La Inquisición en Alemania “montó una guerra terrible de exterminación... en el año 1233, contra los Stedingi”.

b)  “De acuerdo con la información en la obra de Federico, tal parece que las acciones sanguinarias en Antwerp, Bruselas, Ghent, Utrecht y otras ciudades eran peores de lo que se había pensado” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 3).

D.  Ejemplos de persecuciones llevadas a cabo por la Iglesia Católica Romana en el Nuevo Mundo (hemisferio occidental).

“El cacique Hatuey quemado por orden de prelados católicos”
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1.  CUBA.  Año 1519 (?). El gran cacique Hatuey fue quemado vivo cuando rehusó convertirse al catolicismo. Amarraron a Hatuey a una estaca. Se le acercó un padre Católico hablándole del “cielo”. Hatuey le pregunta: “Si voy al cielo, ¿encontraré a los cristianos allí?” El padre le dice que sí. Hatuey replica: “Entonces, prefiero sufrir en el infierno más bien que ir al cielo donde estaría en la compañía de ustedes los cristianos que son tan crueles y brutales” (D, 9).

“El rey inca Atahualpa apresado por españoles”
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2.  PERÚ.

a)  El padre dominicano Vicente Valverde financió la expedición de Francisco Pizarro a Perú. Encontrando a Atahualpa, rey del gran Imperio Inca, con su capital en Cusco, el padre Valverde le exigió que renunciara su corona y su religión entregándose al rey de España y convirtiéndose a la fe Católica Romana. Atahualpa reprendió a Valverde por su osadía. Al instante, este exclamó a sus compañeros españoles: “¡Venganza!, hermanos, ha llegado el momento. ¡Les absuelvo!” Enseguida, los españoles mataron a miles de Incas. Apresando a Atahualpa, lo instaron a convertirse. Renegando este, lo estrangularon, quemando su cuerpo (D, 11-24).

b)  La “Santa Inquisición” fue instalada en Perú donde persiguió a muchos “herejes”, encarcelando o matando a no pocos. El evangelista y autor peruano Hipólito Triveños, ha recopilado en un libro escrito por él muchísima información detallada sobre la obra nefasta del “Santo Oficio” en su país.

E.  SIGLO XX. Persecuciones llevadas a cabo por la Iglesia Católica Romana en pleno Siglo XX.

B.  La posición doctrinal, en el Siglo XX, de la Iglesia Católica Romana sobre el trato de los “herejes” (todo creyente que no sea Católico Romano, o que, llamándose “católico”, crea, enseñe o practique doctrinas contrarias a la doctrina “católica romana”).

1.  La posición según el padre Alexius M. Lepicier, profesor de Teología Sagrada del Colegio Pontifical de Propaganda Fide, en un libro publicado en el 1910: “¿Deberíamos tolerar a los herejes? Nadie puede dudar que no solo merecen ser cortados de la iglesia mediante la excomunicación sino que también deben ser eliminados de en medio de los vivos mediante la muerte. Por consiguiente, tan pronto confiese públicamente alguna persona su herejía y procure pervertir a otros por palabra o ejemplo, no solo debe sufrir la mayor excomunicación sino que también debe ser muerta, lo cual es justo para que no destruya a muchos mediante su contagio pestilente” (De stabilitate et progressu dogmati, Librería Pontífica, Roma, Página 104; Citado en D, Introducción, Páginas x-xi). En el prefacio del libro escrito por Lepicier, el secretario del Papa escribió: “El Supremo Pontífice estaba inmensamente complacido con la producción”.

2.  La posición según el padre jesuita Cavalli, escribiendo en la revista La Civitta Católica, el 3 de abril de 1948. “La Iglesia Católica, convencida por sus prerrogativas divinas que es la única iglesia verdadera, reclama única y exclusivamente para sí misma el derecho a la libertad, pues este derecho puede pertenecer solo a la verdad y nunca al error. En lo concerniente a otras religiones, ella no utilizará la espada en contra de ellas. Sin embargo, solicitará por los medios dignos de la criatura humana que no se les permita propagar sus falsas doctrinas” (Citado en D, Introducción, Página xiv). Cavalli dice que la Iglesia Católica “no utilizará la espada” contra otras religiones. Claro que no lo hace en los países modernos porque ya no puede manipular y utilizar el “brazo secular” como en épocas pasadas. El Cordero ha librado a estos países del yugo de la jerarquía católica romana. ¡Alabado sea Dios! Hoy día no utiliza la espada porque no se lo permiten los países librados de su yugo. Sin embargo, lo ha hecho libre y maliciosamente en el pasado, torturando, matando o haciendo matar a millones de seres humanos.

 

1.  El “Estado CATÓLICO Independiente de CROACIA”. (Datos tomados de C, 296-307 y de fuentes del Internet.)

a)  Este estado fue establecido a principios de la Segunda Guerra Mundial.

b)  La población del nuevo estado consistía de: tres millones de Católicos Romanos, dos millones de serbios, los que eran miembros de la Iglesia Ortodoxa Griega, un millón de musulmanes y aproximadamente cincuenta mil judíos.

c)  Los nazis nombraron a Ante Pavelic cabeza del nuevo estado. Pavelic era católico romano. Encabezaba el partido político llamado “Ustashi”, instrumento que utilizó para lograr la separación violenta del nuevo estado de Yugoslavia. Pavelic definió a un “buen ustashi” de la siguiente manera: “Un buen ustashi es aquel capaz de cortar con un cuchillo el feto de la matriz de su madre”. ¡Este buen Pavelic era católico practicante!

Ante Pavelic
Führer (padre) del Estado Católico Independiente de Croacia

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d)  Como Führer (“padre”) del nuevo país, Pavelic procedió a liquidar o enviar a campos de concentración a los cincuenta mil judíos.

e)  El buen Führer Pavelic, católico practicante, ordenó la aniquilación o deportación de toda persona no católica romana. Se calcula que aproximadamente un millón de personas no católicas fueron torturadas y ultimadas. Aun los nazis fueron horrorizados por la crueldad y los excesos de los ustashis.

f)  La Iglesia Católica Romana respaldó las acciones criminales de Pavelic y su partido contra los no católicos.

(1)  El arzobispo Aloysius Stepinac emitió una Carta Pastoral conforme a la que todo el clero croata debía respaldar al nuevo estado. Después de la guerra, el arzobispo Stepinac fue arrestado por el gobierno de Yugoslavia y sentenciado a diecisiete años por sus crímenes. Paradójicamente, el Vaticano premió los crímenes de Stepinac nombrándolo “cardenal”.

El arzobispo Aloysius Stepinac saluda al Führer Pavelic.
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El cardenal Stepinac
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(2)  Los crímenes de Pavelic eran del común conocimiento. Sin embargo, este hombre desalmado fue recibido en el Vaticano y bendecido por el Papa Pío XII. Quiere decir que el Papa, aún sabiendo los crímenes de Pavelic, ¡lo recibió y lo bendijo! ¿Con qué razón o justificación? Pues, ¿no sería porque Pavelic encabezaba un “estado católico” y porque la matanza de “herejes” tenía la aprobación tácita de la “Santa Sede”?

(3)  El fraile franciscano Miroslav Filipovic fungió por dos años como encargado del campo de concentración “Jasenovac”. Cien mil personas, casi todas ellas serbios de la Iglesia Ortodoxa, fueron exterminadas.

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Miroslav Filipovic-Majstorovic, fraile franciscano, también fascista.
A la izquierda, en su hábito de fraile. En el centro, con su uniforme Ustashe.
A la derecha, rezando misa durante una celebración en Banja Luka.
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(4)  El padre Vilim Cecelja servía como el Diputado Militar Vicar, con el rango de teniente coronel, para la milicia Ustashi.

(5)  El padre Iván Saric, de Sarajevo, fue conocido como el “verdugo de los serbios”.

g)  El infame “Estado Católico Independiente de Croacia” ejemplifica las cosas horrendas que pueden pasar en los tiempos modernos cuando la jerarquía Católica Romana se une a gobiernos engañados y utilizados por Satanás.

2.  PERÚ. 4 de enero de 1945. A continuación, el decreto emitido por el presidente Prado: “Ya que se declara en la Constitución que la nación protege la religión Católica Romana... y ya que la nación invierte una suma considerable de dinero en el desarrollo de las Misiones Católicas, las acciones de las cuales no deben ser desnaturalizadas o contradichas por propaganda religiosa contraria, y ya que la propaganda pública lastima el sentimiento nacional produciendo divisiones religiosas:

-Los servicios de todas las religiones, exceptuándose la Iglesia Católica Romana, la cual el Estado protege, serán llevados a cabo exclusivamente dentro de sus respectivos templos;

-Se prohíbe llevar a cabo reuniones o actividades propagandistas religiosas no Católicas en los parques, las plazas u otros lugares públicos;

-Quienes no observen estas disposiciones serán denunciados como autores de crímenes, de acuerdo con las indicaciones del Artículo 393 del Código Penal.” (D, 126)

 

 

3.  MÉXICO.

a)  “En los años 1921, 1923, 1925, 1926 y 1928, pastores y miembros de iglesias evangélicas fueron asesinados (D, 92).

b)  9 de julio de 1946. “Un violento ataque Católico contra los protestantes estalló en el pueblo de San Felipe de Santiago el día 9 de julio de 1946.” Dos agentes de la Policía Federal Judicial, Marcos Fernández Ocaña y Leopoldo Arenas Díaz, y dos evangelistas, Francisco Vázquez y Cesáreo Antonio, fueron a investigar el incidente. A instigación del alcalde Pedro Juárez, los cuatro fueron atados y torturados. A Marcos Fernández le sacaron los ojos con un clavo, lo despellejaron con un machete, le esquilaron los oídos, aflojaron sus dientes a pedradas y garrotearon su cuerpo hasta romperle los huesos. Muerto, echaron su carne a los perros. Leopoldo Arenas dio su caballo y su arma a cambio de su vida. Aun así, fue garroteado. Esquilaron los oídos de los dos evangelistas y rompieron sus huesos, pero se salvaron cuando llegaron las tropas federales. El reportaje sobre estos acontecimientos apareció en la revista Tiempo, publicada en México. (D, 93-94)

4.  ITALIA. Año 1947. Sonnino en Lazio, cerca de Roma.

a)  Un misionero Católico Romano de la Más Preciosa Sangre incitó a la gente a la violencia contra los protestantes. Algunos protestantes fueron arrestados y encarcelados. Un hombre fue muerto en la balacera.

b)  Los sacerdotes gritaban: “¡Maten a todos!” Uno de los sacerdotes instaba al pueblo “a tomar armas en defensa de la religión Católica” (D, Introducción, Página xiii).

F.  La Inquisición en tiempos modernos.

1.  “La última víctima por hoguera de la Inquisición española fue en el 1834, año en que se abolió oficialmente la institución. Sin embargo, aún permanece la Inquisición. Con sede en el Vaticano, el Santo Oficio sigue siendo uno de los departamentos más poderosos de la jerarquía eclesiástica. En el 1965, el Papa Pablo VI la renombró como la Congregación de la Doctrina de la Fe, pero básicamente es la misma Inquisición.” http://whgbetc.com/mind/inquisition.html

2.  Referente a la Inquisición, “no ha sido anulada ninguna de las leyes que definen sus acciones y determinan sus metas”, según la Nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 4,

 

IV.  Los métodos de tortura y muerte que inventaron y utilizaron los oficiales Católicos Romanos. Solía inscribirse en los artefactos confeccionados para la tortura las palabras “Soli Deo Gloria” (“Gloria solo a Dios”). Rociaban los instrumentos de tortura con “agua bendita” (B, 122).

-Estimado lector, al considerar usted las horribles torturas efectuadas por la "Inquisición" católica romana, tenga presente en todo momento que la Iglesia Católica Romana no es, ni representa de modo alguno, la original iglesia fundada por Jesucristo. Esta jamás tortura a nadie. Tampoco inicia o participa en "guerras santas" o "guerras religiosas" de naturaleza carnal. "Las armas de nuestra milicia no son carnales" (2 Corintios 10:4). No toma venganza contra ningún enemigo de Dios o su iglesia verdadera (Romanos 12:19-20). "Cristianismo" no es sinónimo de "catolicismo romano", ni viceversa. Atribuir "guerras santas" y "torturas de inquisición" al "cristianismo en general" no es correcto; no es honesto. Hacerlo es implicar que todas las iglesias del "cristianismo", que todos los integrantes del "cristianismo", sean culpables de "guerras y torturas a nombre de su Dios". Pero, ¡esto es muy lejos de la realidad! El verdadero Reino de Dios y de Cristo "no es de este mundo... no es de aquí", palabras de Cristo para Poncio Pilato (Juan 18:36), y por ende, para todos los habitantes de la tierra. Lamentablemente, el "reino del Vaticano" sí, en definitiva, es del mundo, y por consiguiente, no es cosa extraña que actúe como reino terrenal. Lo trágico es que este "reino mundano", disfrazado de "cordero" (Apocalipsis 13:11), haya crecido tanto y se haya dado a conocer a tal extremo que los incrédulos e indoctos lo perciban como "la iglesia", "el cristianismo", "el reino de Dios en la tierra", desconociendo ellos a la verdadera iglesia que Cristo fundó y al verdadero evangelio por el Espíritu Santo revelado. Si usted pertenece a este grupo, lo inteligente sería procurar conocer a la iglesia que no persigue, no tortura, no hace alianzas con poderes seculares, sino que predica y sigue el evangelio de reconciliación y paz. Permítanos recomendarle "Doctrinas fundamentales del evangelio".

A.  La “hoguera”. “Llegando al lugar preparado para las ejecuciones, los que habían confesado (su herejía), fueron estrangulados, luego incendiados; los recalcitrantes (tercos, obstinados) fueron incendiados vivos. Alimentaron las llamas hasta que nada quedara sino las cenizas de los muertos, las que fueron regadas por campos y ríos. Los sacerdotes y los espectadores retornaron a sus altares y hogares convencidos de haber hecho una ofrenda propiciatoria al Dios insultado por la herejía. El sacrificio humano había sido restaurado.” (La Reforma, Will Durant, Página 213)

Queman en la hoguera a una dama sospechada de herejía.

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B.  El “estante”, un cajón en el que la víctima fue acostada y atada de manos y pies. Entonces, los verdugos estiraban las cuerdas hasta descoyuntar los brazos y piernas del acusado. (B, 121)

C.  Las pinzas grandes utilizadas para arrancar las uñas de manos y pies. (B, 122)

D.  Las “botas españolas” servían para aplastar piernas y pies. (B, 122)

E.  La “Virgen de hierro”, un cajón hecho a semejanza de una mujer, con cuchillos afilados fijados por dentro en ambos lados. Obligada la víctima a entrar en el cajón, los verdugos le cerraban la tapa encima, desgarrando los cuchillos la carne del infortunado y matándolo. (B, 122)

F.  La horca.

G.  El “hierro candente” echado en ojos, oídos y boca. (B, 123)

H.  Sacaron los ojos de algunos acusados.

I.   El “látigo”.

Acusado de herejía torturado a latigazos.

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J.  Ahogaron con orina o excremento a algunos “herejes”. (B, 123)

K.  Algunos acusados fueron amarrados a estacas y lanzados por peñascos. (B, 123)

L.  “Las propiedades de los herejes fueron confiscadas y divididas entre los inquisidores y los Papas.” (C, 253)

M.  “La tortura principal fue el encarcelamiento prolongado.” (La Reforma, Will Durant, Página 211)

N.  Suspendido por manos atadas. Las manos de la víctima fueron atadas a espaldas; luego la víctima fue suspendida en el aire por una soga atada a sus manos, haciendo fuerza en sus manos y muñecas todo el peso del cuerpo. (La Reforma, Will Durant, Página 211)

Víctima suspendida de las manos.

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O.  La víctima fue inmovilizada y luego dejaban gotear agua por su garganta hasta casi ahogarla. (La Reforma, Will Durant, Página 211)

P.  La rueda.

Estirada la víctima en la rueda, los verdugos rompían sus huesos.
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Q.  La “santa trinidad” fue un casco de acero calentado a rojo vivo, luego colocado sobre la cabeza del denunciado. Al sacarlo las bestias encargadas de las torturas, se quedaba la piel quemada pegada al acero, y también los ojos mismo en algunos casos.


La “santa trinidad”

R.  Algunos instrumentos y procedimientos de tortura eran tan y tan inhumanamente barbáricos y obscenos que optamos por no incluir descripciones o ilustraciones en este estudio. A continuación, anotamos sus nombres para el que quisiera buscarlos en Internet u otras fuentes de información. (Palabras claves para la búsqueda en Internet: “inquisición”, “inquisición española”, “tortura sobre rueda”. Seleccionar la categoría de “Imágenes” en el programa de búsqueda –Yahoo, Google, MSN.)

1.  “Las peras del Papa.” (Pope’s Pears)

2.  “El taburete de Judas.” (The Judas Cradle)

3.  “La araña de hierro.” (The Iron Spider)

4.  “La pata de gato, con uñas.” (The Cat’s Paw)

5.  “La cama de extirar el cuerpo hasta romper coyunturas.” (The Rack)

-Y todavía más.

V.  Tres evaluaciones de la Inquisición Católica Romana.

A.  “Mejor ser ateísta que creer en el Dios de la Inquisición” (Católico anónimo). Desde luego, el “Dios de la Inquisición” no es el verdadero Dios de la Biblia sino el monstruo creado por la jerarquía Católica Romana.

B.  “La persecución contra los cristianos por los romanos durante los primeros tres siglos después de Cristo era un procedimiento moderado y humano comparada con la persecución contra la herejía en Europa de 1227 a 1492.” (La historia de la civilización, Tomo IV, W. Durant, Página 784).

C.  “Los católicos romanos creen en el Purgatorio y que allí las almas sufren más dolor que en el Infierno. Mas sin embargo yo creo que la Inquisición es el único Purgatorio en la tierra y que los santos padres (sacerdotes, Papas) son los jueces y verdugos. La barbaridad de ese tribunal... sobrepasa todo entendimiento.” (La llave maestra del papado, Edición tres, Página 253, D. Antonio Gavin. Antonio Gavin era sacerdote católico y testigo ocular de los procedimientos de la Inquisición española.)

 

"Salid de ella, pueblo mío."

     ¡Historia tan terrible y trágica la de la Iglesia Católica Romana! Escrita en sangre durante gran parte de su trayectoria. La sangre de quienes se negaban a respaldar u obedecer a los oficiales autoritarios de la Santa Sede, que de "Santa" muy poco o nada tenía. La sangre de personas que desaprobaban varios ritos de la "iglesia madre", que denunciaban los atropellos del clero, que criticaban la secularización y politización de la Iglesia Romana. Ningún católico romano honesto niega esta historia. Ninguno en sus cabales espirituales intenta justificar los penosos sucesos desastrosos que ella cuenta. Ni siquiera la suma total de obras caritativas realizadas por la Iglesia Católica borra la historia de sus atrocidades contra incontables millones de seres humanos. No todos los hospitales, clínicas, programas de bienestar social, retiros para fortalecer el matrimonio y el hogar, etcétera, de la Iglesia Católica Romana en todo el mundo nivelan la balanza. Es imposible rectificar tan enorme mal, obviarlo, recompensarlo, justificarlo.

     ¿Cuántos católicos romanos conocen esta historia de su iglesia? De seguro, no se la cuentan sus sacerdotes, pues no les conviene enunciar ni una palabra al respecto. No obstante, el sentido común dicta que es deber de todo ser humano investigar la procedencia, trayectoria e historia de su fe.

     Muy distinta a la de la Iglesia Católica Romana es la historia de la verdadera iglesia de Jesucristo, auténticamente apostólica y bíblica. Esta iglesia jamás ha manchado su vestimenta con la sangre de persona alguna. Jamás se seculariza o politiza. Jamás se embrolla en mercaderías. Jamás ostenta lujos mundanos, ni reclama autoridad sobre los gobernantes seculares de las naciones. "Mi reino no es de este mundo... no es de aquí", aclaró Cristo a Pilato (Juan 18:20), y la verdadera iglesia de él entiende esta verdad fundamental, procediendo de acuerdo a ella. La tergiversación inexcusable de ciertos textos bíblicos tales como Mateo 16:18 contribuyó, y contribuye aún, a la formación de un reino o dominio "cristiano" diametralmente opuesto al verdadero reino de Cristo.

     Al leer el católico inteligente y honesto la historia de su iglesia, contrastándola con la de la verdadera iglesia, dejará de ser católico romano, pasando a la auténtica iglesia fundada por Cristo. Ciertamente, lo hará si ama la verdad por encima de todas las cosas, aprecia la transparencia y verticalidad en asuntos espirituales y valúa el innato derecho divino de cada individuo de creer y practicar religiosamente lo que quisiera sin ser perseguido o muerto. ¡SALDRÁ de la Iglesia Romana! ¿Cómo quedarse en su seno, tratando vanamente de justificarla? ¿Suavizar o encubrir la historia? ¡Eso no es honesto! ¿Perdonarle sus persecuciones, torturas y matanzas? Perdonar a los muertos que en vida derramaron tanta sangre, ¿cómo hacerlo o qué sentido tendría? De todos modos, "perdonar", o "pedir perdón", no cambia los hechos, ni cambia las doctrinas o pretensiones, vigentes hasta el día de hoy, que trajeron tantísimo sufrimiento escalofriante y muchos millones de muertes crueles en extremo. Por lo tanto, la única opción sabia es ¡SALIR! ·"Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas" (Apocalipsis 18:4). "¡SALID!"  "¡SALID!" "¡SALID de ella!"     

     ¿Tiene usted suficiente "conocimiento..., sabiduría e inteligencia espiritual" para discernir el significado de "ébria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús"? Si usted ama la verdad...

...por encima de toda lealtad o nexo religioso,

...si la ama más que cualquier tradición cultural o de familia,

...si la ama más que a padre o a madre,

...si la ama más que a su propia vida material,

...si usted busca con sinceridad absoluta la salvación de su alma,

...entonces ¡usted es "pueblo" de Dios! Es decir, usted es de los que Dios busca para que le "adoren en espíritu y en verdad" (Juan 4:24). Gente recta de corazón, imparcial en sus juicios, de raciocinio sano, y sobre todo, amante de la verdad divina tal cual revelada en la Biblia. Pero, usted no será verdadero "pueblo" de Dios hasta no SALIR de los terribles engaños de la "gran ramera". ¿Cómo salir?

-Informarse. Educarse. Mediante fuentes de información como la de esta obra.

-Llegando a convicción propia, renunciar el culto a la diosa madre "Virgen María", creación de la tradición Católica Romana.

-Romper las cadenas de todas las tradiciones religiosas, pues "las tradiciones de los hombres" engañan (Colosenses 2:8), invalidando el mandamiento de Dios, como enseña Cristo mismo en Mateo 15:7-9.

-Arrepentirse de sus errores y bautizarse por inmersión "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38; Romanos 6:1-7).

-Integrarse a una congregación regida por el Nuevo Testamento (2 Corintios 3:6-17), y no a una iglesia cualquiera. Ser "cristiano", nada más, y no "pentecostal, evangélico, protestante", o de cualquier otro nombre no bíblico. Orientarse al respecto, analizando los estudios básicos en "Fundamentos de la fe".

     Tenga presente, se lo suplicamos respetuosamente, que a los que no reciben "el amor de la verdad para ser salvos... Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:10-12). Pues, "¡salid!" Sin demorar, teniendo por más excelente y necesario "el amor de la verdad" que cualquier otro "amor".

Catedral Notre Dame, París

http://www.galerie.roi-president.com/albums/images/Notre_dame.jpg

“Salid de ella, pueblo mío.”

¿Acaso le hechiza la magnificencia material de las grandes catedrales? ¿La pompa, la ostentación, las ricas vestimentas, los ritos, las tradiciones antiguas, la jerarquía sacerdotal? Pues, ¡sepa que nada de todo esto tiene sostén en el Nuevo Testamento de Jesucristo! “Mi reino no es de este mundo… no es de aquí”, apuntó el Señor ante Pilato (Juan 18:20).

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Fuentes de información citadas en esta obra

-La “A” corresponde al libro en inglés: “The Two Babylons” (“Las dos Babilonias”). Subtitulado: “El culto papal”. Autor: Alexander Hislop. Segunda edición americana, 1959. Publicado por Loizeaux Brothers, Neptune, New Jersey.

-La “B” corresponde al libro traducido al español: “Babilonia, Misterio religioso”. Autor: Ralph Woodrow, P. O. Box 124, Riverside, California 92502.

-La “C” corresponde al libro en inglés: “A Woman Rides the Beast” (“Una mujer viene sentada sobre la bestia”). Autor: Dave Hunt. Publicado por: Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402.

-“D”  “La historia de la civilización” (“The History of Civilization”), una obra en inglés que se compone de ocho tomos grandes, contiene muchísima información histórica que respalda la interpretación de Apocalipsis, presentada en este estudio. Los autores son: Will y Ariel Durant. La obra fue publicada por Simon and Schuster, New York.

-“E”  “La nueva enciclopedia Schaff-Herzog de conocimientos religiosos.” Esta obra en inglés consta de unos cuantos tomos. Publicada por Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos.

-“F”  “El debilitamiento y la caída del Imperio Romano.” Dos tomos. Por Edward Gibbons. Obra publicada por William Benton. Enciclopedia Britannica, Inc., Chicago, London, Toronto. 1952. Esta obra figura en la serie de: “Los libros más importantes del mundo occidental”.

 

-Apocalipsis.  Desglose completo del contenido de "Análisis de las profecías y visiones".
este comentario ocupa más de 900 páginas tamaño carta.

-Contenido completo del "Capítulo Ocho" de este "Análisis"

 

-Observación del autor. Más importante aún que el estudio de "Apocalipsis" es el de la "sana doctrina" fundamental revelada en su totalidad por el Espíritu Santo (Juan 16:13). "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren" (1 Timoteo 4:16). "Cualquier que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo" (2 Juan 9). Una anomalía curiosa y preocupante de nuestra época es el afán que manifiestan muchos creyentes, incluso predicadores, evangelistas y pastores, por "Apocalipsis" y otros textos proféticos, sin haber aprendido ellos siquiera "los rudimentos de la doctrina de Cristo" (Hebreos 6:1), por ejemplo, que el bautismo bíblico es por inmersión y "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38; 8:34-40). "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre... Y entonces los declararé: Nunca os conocí..." (Mateo 7:22-23). ¿Y por qué "nunca"? Obviamente, porque jamás llegaron a creer y bautizarse como ordena Cristo en la Gran Comisión, diciendo: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo..." (Marcos 16:15-16). Estimado estudioso de las Sagradas Escrituras, respetuosamente le animamos a escudriñar no solo "Apocalipsis" sino a estudiar detenidamente las "Doctrinas fundamentales del evangelio"

 

 

  

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