APOCALIPSIS

Capítulo Diez de

 Análisis de las profecías y visiones

 

 “Los mil años” de Apocalipsis

Comúnmente llamados…

…el MILENIO

 

Tema 2

 

Intercambio entre el Sr. Tito Martínez y el 
Sr. Homero Shappley de Álamo sobre el MILENIO

 

Segunda sesión

 

¿Precede el Milenio la Segunda Venida de Cristo u ocurre después?

Análisis de Apocalipsis 19:11-21; 20:1-10 y algunos textos relevantes.

Tito Martínez y Homero Shappley de Álamo presentan interpretaciones opuestas.

 

¿Cuál de los dos sostiene la más bíblica?

 

Continuación del Intercambio

 

Estimado lector, de no haber usted leído la Primera Sesión de este intercambio,
le recomendamos hacerlo antes de proseguir con esta, la Segunda Sesión.

 

 

PDF de este Intercambio

 

 

Bestia y falso profeta al infierno

 

La bestia y el falso profeta lanzados vivos dentro de un lago de fuego


“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante
de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron
la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados
vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”
 

Apocalipsis 19:20

 

Pintura por Pat Marvenko Smith. Derechos reservados.

 www.revelationilustraded.com.

 

A.  El Sr. Tito Martínez afirma que "el Milenio NO PRECEDE a la Segunda Venida de Cristo", aplicando Apocalipsis 19:11-21 al tiempo ANTES del Milenio.

B.  El Sr. Homero Shappley de Álamo afirma que el Milenio transpira ANTES de la Segunda Venida de Cristo, asegurando que las profecías de Apocalipsis 19:11-21 se cumplen DESPUÉS del Milenio y que ningún ser humano estará vivo en la tierra al consumarse el castigo divino descrito en Apocalipsis 19:15-21.

 

 

  Humo asciende para siempre   blogspace.mweb

“El diablo… fue lanzado en el lago de fuego y azufre” 


“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados
día y noche por los siglos de los siglos” 

Apocalipsis 20:10

 

El Sr. Tito Martínez escribe:

"Dicho esto, pasemos a refutar bíblicamente esa doctrina del pastor Shappley y de su ‘iglesia de Cristo’.

"Todos los cristianos de cualquier iglesia reconocemos que en Apocalipsis 19:11-21 se describe, de forma simbólica, la futura SEGUNDA VENIDA DEL CRISTO. En dicho pasaje leemos que el cielo se abrirá, y entonces aparecerá el Cristo Yahúshua montando un caballo blanco y viniendo a la tierra con gran poder y gloria como Rey de reyes y Señor de señores, acompañado por sus ejércitos celestiales (v.14). De su boca saldrá una "espada aguda y de dos filos", para herir con ella a las naciones, A LAS CUALES GOBERNARÁ CON VARA DE HIERRO (v.15).

"¿Lo ha captado usted bien?, el texto de Apocalipsis 19:15 dice bien clarito que el Cristo Yahúshua vendrá del cielo para GOBERNAR A LAS NACIONES CON VARA DE HIERRO, es decir, con JUSTICIA. Ahora bien, ¡las naciones están en la tierra, no en el cielo!, por lo tanto, la cuestión es la siguiente: si la Tierra dejará de existir completamente cuando el Cristo Yahúshua venga del cielo con gran poder y gloria, ¿como podrá él gobernar a las naciones de la tierra con vara de hierro? Si la Tierra y todos sus habitantes dejan de existir en la Segunda Venida del Cristo, ¡entonces Apocalipsis 19:15 es un pasaje absolutamente falso, lo cual significa que toda la Revelación del Cristo, el Apocalipsis, sería mentira! ¿lo entiende?, esta es a la conclusión que llegamos si enseñamos que la Tierra dejará de existir cuando ocurra la Segunda Venida del Cristo.

"Apocalipsis 19:15 no es un pasaje falso, ¡los falsos son los "maestros" que inventaron esa diabólica doctrina enseñada por el papismo y por las "iglesias de Cristo"!"

 

Homero Shappley de Álamo responde.

Respetado lector, este servidor, Homero Shappley de Álamo, presenta, a continuación, una interpretación de Apocalipsis 19:11-21; Apocalipsis 20:1-10 y textos bíblicos relevantes, mucho más bíblica y racional, a mi juicio, que la interpretación dada arriba, con tantos juicios y anatemas, por el Sr. Tito Martínez.

Le invitamos a examinar la nuestra, presentada a continuación, detenida e imparcialmente, comparándola cuidadosamente con la de Tito.

 

Apocalipsis 19:11-14

Tanto el Sr. Martínez como el que escribe aplicamos estos versículos a la Segunda Venida de Cristo. Los copiamos aquí, sin añadir comentarios. (11) “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. (12) Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. (13) Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios. (14) Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.”

 

Apocalipsis 19:15

Entonces, en el Versículo 15 se hallan las siguientes declaraciones controvertidas: “De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.” Procedemos a analizar este texto.

 

A.  “De su boca sale una espada aguda…” Ahora bien, la “espada” se utiliza para combatir, sojuzgar, herir y matar. Surge, pues, la pregunta: ¿Cuáles son “las naciones” que Cristo hiere y sojuzga? Estas se identifican en Apocalipsis 19:19, a saber: son las que se reúnen “para guerrear contra el que montaba el caballo”, o sea, contra Cristo. “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear.” Comparando esta parta de la visión con Apocalipsis 20:7-8, ¡vemos que se trata de las mismas naciones que Satanás engaña después del Milenio“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Apocalipsis 20:7-8). El paralelismo entre Apocalipsis 19:19-21 y Apocalipsis 20:7-10 ha de ser obvio para el estudioso imparcial. Observemos:

 

1.  En ambos textos, las naciones engañadas se unen para guerrear contra Cristo.

2.  En ambos, quedan derrotadas y totalmente destruidas, acabadas y consumidas, dejando de existir.

3.  En ambos, la bestia, el falso profeta y el diablo terminan en “el lago de fuego que arde con azufre”.

 

a)  Según la secuencia de las profecías en Apocalipsis 20:7-10, estos tres eventos ocurren después de los “mil años”. Diciéndolo de otra manera, el Milenio los precede. He aquí un simple hecho irrefutable. Pues bien, el paralelismo tan exacto entre Apocalipsis 20:7-10  y Apocalipsis 19:19-21 nos obliga, efectivamente, a concluir que el Milenio precede la intervención del jinete celestial y la derrota aplastante de las naciones sublevadas contra Dios.

b)  Pero, los premilenialistas pautan Apocalipsis 19:19-21 para antes del Milenio, y Apocalipsis 20:7-10 para después del Milenio. Es decir, conforme a sus proyecciones, las naciones rebeldes Cristo las derrota y sojuzga en su Venida –su Segunda Venida- como jinete que monta el caballo blanco, las restaura de nuevo, rigiéndolas “con vara de hierro”, y entonces, reina, personalmente, sobre ellas en la tierra durante mil años literales. Según su hipótesis, a pesar del supuesto reinado totalmente benéfico, pacífico, justo y santo de Cristo en la tierra, Satanás logra engañar una vez más a las naciones, las que se arremeten de nuevo contra “el campamento de los santos y la ciudad amada”, poniendo fin el propio Jehová Dios a su osada rebeldía al consumirlas con fuego. Esta tesis se vuelve insostenible ante las siguientes cuatro consideraciones, siendo la cuarta la más contundente.

 

(1)  En primer lugar, semejante interpretación obliga a que se postule una “Tercera Venida” de Cristo, ya que, de acuerdo con estas proyecciones, la “Segunda Venida” ocurriría antes del Milenio. Entonces, para poner fin a las naciones nuevamente sublevadas después del Milenio, ¡Cristo tendría que venir por tercera vez! De hecho, algunos teólogos pentecostales enseñan, explícitamente, “Tres Venidas de Jesucristo”, doctrina jamás expuesta, ni por asomo de implicación, en las Sagradas Escrituras. Otros abogan la noción extraña de una “Segunda Venida en dos fases distintas”, idea igualmente carente de respaldo bíblico.

(2)  Segundo, suponiendo que Cristo creara en el planeta Tierra después de su Segunda Venida un nuevo paraíso terrenal de perfecta paz y santidad, asevero que se pondría en tela de juicio su imparcialidad hacia los seres humanos, exponiéndose a acusaciones de favoritismo. ¿Por qué razón? Obviamente, porque quienes nacieran y vivieran en un paraíso terrenal gobernado, directa y personalmente, por Cristo, tendrían enormes ventajas sobre los que nacieran y vivieran durante épocas cuando Cristo no estuviera presente corporalmente en la tierra, gobernando él mismo literalmente. Ventajas realmente incomparables. Por ejemplo, tener al mismo Hijo de Dios, coronado de gloria y honra, literalmente sentado sobre un majestuoso “trono en Jerusalén”, ejerciendo poder absoluto global. Poder contemplarlo en todo su esplendor divino. Contar con su intervención personal. Disfrutar de la “perfecta justicia” que él impondría universalmente. Todo esto, y mucho más, conforme a las enseñanzas de los premilenialistas. Desde luego, “Dios no hace acepción de personas” (Gálatas 2:6), verdad absoluta que obra poderosamente en contra de la tesis de un Milenio terrenal paradisíaco después de la Segunda Venida de Cristo. Además de tener tales personas “enormes ventajas” sobre el resto de los humanos, surgen otras problemáticas, tales como:

 

(a)  ¿Qué de la Gran Comisión durante el “Milenio” proyectado por los premilenialistas? ¿No estaría en vigor? ¿No habría que cumplirla? Ordena el Señor: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16). ¿No sería necesario obedecer este mandato durante el “Milenio” de los premilenialistas? ¿No se efectuarían bautismos durante tal “Milenio”?

(b)  ¿Y qué de las maravillosas “Bienaventuranzas” predicadas por Jesucristo durante el “Milenio” de los premilenialistas? ¿Ya no tendrían vigencia? ¿Ya no servirían para consolar y dar esperanza? “Bienaventurados los que lloran… los que padecen persecución… cuando por mi causa os vituperen y os persigan…” (Mateo 5:1-12). Porque ninguno lloraría, padecería persecución, sería vituperado o perseguido durante el “Milenio paradisíaco” de lospremilenialistas. ¿Acaso no sería puesta a prueba la gente de tal “Milenio”? Absolutamente inconcebible semejante postulación. Ciertamente, contraria a la imparcialidad de Dios y los designios de él para todo ser humano, sin excepción.

(c)  Desde que Adán y Eva cayeran en pecado, en adelante, todas las personas que vivieron bajo distintos pactos divinos durante la Era Patriarcal y la Era Mosaica, debían arrepentirse y obedecer los mandatos de Dios para ser salvas. Durante la Era Cristiana, toda alma que desee ser salva también ha de arrepentirse, bautizarse y perseverar en santidad. ¿Osan enseñar los premilenialistas que las gentes vivas durante el “Milenio” fantástico ideado por ellos no tengan que hacer otro tanto? ¿Qué no tengan que arrepentirse? ¿Qué no tengan de qué arrepentirse? ¿Qué sean incapaces de pecar? La mera idea raya en lo absurdo. Estimado estudioso de estos temas, la época de los “mil años” no constituye, en definitiva, una “Cuarta Era” para los seres humanos en la tierra sino que es una etapa de la misma Era Cristiana. Durante toda la Era Cristiana, desde Pentecostés hasta el fin del tiempo, ¡el Nuevo Testamento es el pacto divino al cual toda persona que quiere ser salva ha de someterse! En este pacto, el Espíritu Santo sentencia “que todos están bajo pecado”, que “todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:9-31). No se exceptúan los que habiten la tierra durante los “mil años”. Así que, también los tales han de arrepentirse y obedecer al “evangelio de nuestra salvación” (Efesios 1:13), al igual que todos los humanos de la Era Cristiana, si quieren asirse de la vida eterna.

(d)  Conforme a las doctrinas de los premilenialistas, durante el “Milenio” visualizado por ellos, las personas que habiten el planeta Tierra gozarán de un ámbito de total perfección y felicidad, bajo el dominio benévolo de Cristo, su comandante en jefe. Será imposible que se contaminaran con el mundo. De ser así, surge, natural y necesariamente, la pregunta: ¿De qué manera, pues, y en qué momento se dejarían ellas engañar por Satanás? [Las “problemáticas” presentadas en las partidas “(a), (b), (c) y (d)” fueron sugeridas por Gustavo Calderón, cristiano consagrado al estudio de las Sagradas Escrituras.]

 

(3)  Tercera consideración que rinde insostenibles las teorías de los premilenialistas sobre el cumplimiento de Apocalipsis 19:11-22 y Apocalipsis 20:1-7. Dado que ellos aplican Apocalipsis 19:11-21 al tiempo antes del Milenio, según su hipótesis, la bestia y el falso profeta serían “lanzados vivos dentro de un lago de fuego” (Apocalipsis 19:20) ¡antes del Milenio! De suceder tal cosa, suscitarían unas problemáticas difíciles. Por ejemplo,  ¿salen estos dos seres malévolos del “lago de fuego” después del Milenio, para ser echados de nuevo en el mismo “lago de fuego”, conforme al cuadro presentado en Apocalipsis 20:10? O, una vez consignados al “lago de fuego que arde con azufre”, ¿no salen nunca? Pero, ya hemos probado a saciedad, en capítulos anteriores de este comentario, que “la bestia” simboliza a las naciones engañadas a lo largo de la historia humana. Habiendo naciones engañadas después del Milenio, según la escena tan clara de Apocalipsis 20:7-9, se deduce que “la bestia” sigue viva en la tierra después del Milenio. Por cierto, sigue viva, no solo engañando de nuevo a las naciones sino reuniéndolas “para la batalla”. Estas naciones suben “sobre la anchura de la tierra”, rodeando “el campamento de los santos”. Entonces, interviene Dios directamente, haciendo descender “fuego del cielo”, el cual consume a las naciones rebeldes e impenitentes. Solo después de este clímax de “la batalla” es echado el diablo “en el lago de fuego y azufre”. Por lo tanto, Apocalipsis 19:19-20 no es aplicable a eventos previos al Milenio.

(4)  Con todo, la verdad bíblica que rinde nula en absoluto la tesis premilenialista es la siguiente: según las profecías de Apocalipsis 19:11-21, ¡las naciones quedan totalmente liquidadas, acabadas, destruidas y aniquiladas! ¡Ya no existen sobre la faz de la tierra después de la intervención del “Fiel y Verdadero” en su Segunda Venida!

 

Precisamente, esto es lo que enseñan los espantosos versículos 17, 18 y 21. “Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.”

Los siguientes planteamientos van dirigidos al Sr. Tito Martínez, como también a todos los pentecostales y demás evangélicos que proyectan el Milenio para después de la Segunda Venida de Cristo.

 

(i)  Ya que el jinete que monta el caballo blanco mata a los reyes, capitanes, fuertes, jinetes, libres, esclavos, pequeños, grandes, en fin, a todos los que integran las naciones que se reúnen para guerrear contra él en Armagedón, ¿sobre cuáles “naciones” regiría Cristo después de tal matanza completa y terminante? ¡No quedaría ningún ser humano vivo! Señores, ¡no quedará nadie vivo en la tierra después de la intervención fulminante del jinete victorioso! Los santos vivos en la tierra son transformados poco antes de la destrucción total de estas naciones engañadas bajo el mando de Satanás (Apocalipsis 11:11-12; 14:14-16; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-52). No existen santos en la tierra durante las últimas horas agónicas de estas naciones insalvables. Solo pecadores intransigentes. Todos estos son muertos por la espada (Entiéndase la Palabra de condenación y castigo) que sale de la boca del jinete. “…los demás fueron muertos.” Mueren, literalmente (Apocalipsis 14:17-20). Luego, son resucitados, juntamente con los demás impenitentes muertos, “a resurrección de condenación” (Juan 5:29).

(ii)  Apocalipsis 19:15 también revela que el “Fiel y Verdadero” tomará la siguiente acción decisiva y terminante en su Segunda Venida: “Y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.

 

(1)  Primero, el “Fiel y Verdadero” hiere a las naciones.

(2)  Segundo, las rige “con vara de hierro”.

(3)  Tercero, las “pisa” en “el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.

 

Esta escena espeluznante del “gran lagar de la ira de Dios” fue presentada ya en Apocalipsis 14:18-20. “Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.”

 

(1)  ¿Se escenifica este evento antes de los “mil años” (el Milenio)? ¡Claro que no! Tanto los contextos bíblicos de ambos pasajes como el violento lenguaje muy similar usado en los dos, enseñan que pisar “el gran lagar de la ira de Dios” significa el fin absoluto de las gentes (naciones) rebeldes. No reaparecen en la tierra después de tan fulminante acción de parte de Dios, Cristo y los ángeles. No se levantan del “lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso”. No habrá “mil años” para ellas en la tierra después de pisadas en “el gran lagar”. Definitivamente, ¡no habrá Milenio en la tierra después de este evento! Querido lector, por favor, no se deje engatusar por la palabrería de maestros que enseñen lo contrario, alimentando a las almas con vanas esperanzas.

(2)  Por lo tanto, lo profetizado en Apocalipsis 19:15 no será cumplido antes del Milenio. Al contrario, será efectuado después del MilenioApocalipsis 20:1-10 no presenta eventos después de los que son profetizados en Apocalipsis 19:11-21. Algunos analistas (por ejemplo, Merrill F. Unger, en el Manual bíblico de Unger”, Páginas 898-899) aseguran que Apocalipsis 20:1-10 es “la consecuencia natural de los sucesos del capítulo 19”. ¡Cuán grande es su desacierto! ¿No ven que las naciones engañadas quedan absolutamente vencidas, de una vez para siempre, en la visión profética de Apocalipsis 19:11-21? ¿Qué “la bestia” y “el falso profeta” son “lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”? Luego, una nueva visión es presentada en Apocalipsis 20:1-10, no enlazada secuencialmente, en la línea del tiempo, con Apocalipsis 19:11-22. Este entendimiento es clave. De hecho, vincular los dos textos secuencialmente en la línea del tiempo es el error mayúsculo de interpretación que engendra las teorías, tan equivocadas como populares, de los premilenialistas sobre el Milenio.

 

(iii)  Profundizando un tanto más, Apocalipsis 2:27 nos enseña que la función de la “vara de hierro” es quebrar“Las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero”. El Salmo 2:9 añade los verbos “quebrantarás” “desmenuzarás”“Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Golpeadas duramente por las varas de Cristo y sus “ejércitos celestiales”, las naciones malvadas alzadas contra el “Rey de reyes y Señor de señores” son quebradas, quebrantadas, desmenuzadas, destruidas del todo, postradas en el suelo para no levantarse jamás. [En el estudio Autoridad sobre las naciones, incluido en el Capítulo Once de este Análisis, se desarrolla una explicación bastante exhaustiva de Apocalipsis 2:26-28.]

(iv)  Apocalipsis 16:12-21 armoniza perfectamente con Apocalipsis 19:15-21 y Apocalipsis 20:7-10, corroborando, admirablemente, la interpretación que estamos exponiendo. Ya hemos resaltado la similitud entre Apocalipsis 19:15-21; 14:18-20 y 20:7-10. La misma similitud de estos tres textos con Apocalipsis 16:12-21 la tenemos por muy evidente. Consideremos:

 

(1)  Los “tres espíritus inmundos a manera de ranas” engañan a las naciones, reuniéndolas “a la batalla de aquel gran día… en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”.

(2)  Enseguida, “el séptimo ángel derramó su copa por el aire”, y ¡todo se acaba! “Toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.” Después del séptimo ángel, ¡el tiempo mismo deja de ser! “En los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará.” Al sonar la Séptima Trompeta, se cumple el juramento de “que el tiempo no sería más” (Apocalipsis 16:5-7).

(3)  ¿Cuáles son algunas similitudes de los cuatro pasajes? Anotamos algunas.

 

(a)  Naciones engañadas, diabólicas, impenitentes, intransigentes.

(b)  Naciones reunidas por Satanás para guerrear contra Dios.

(c)  Cristo y sus ejércitos celestiales vienen contra ellas, castigándolas duramente, pisándolas en el “gran lagar de la ira de Dios” y acabando con ellas de una vez para siempre.

(d)  La cesación de las naciones en la tierra; fin de conflictos espirituales.

 

(v)  Existiendo una similitud tan exacta e innegable entre estos pasajes, ¿con qué justificación exegética aislar Apocalipsis 19:11-21, aplicándolo a un tiempo antes de los “mil años”, pero asignando tanto Apocalipsis 16:12-21 como Apocalipsis 20:7-10 a un tiempo subsiguiente a los “mil años”? Honestamente, no se halla ninguna razón exegética o doctrinal.

 

B.  “Él las regirá con vara de hierro.” “Las naciones” se levantan contra el “Fiel y Verdadero”, pero él las domina totalmente, con espada, con vara de hierro. Las aplasta; las acaba; las destruye. No siguen existiendo.

 

1.  Los “premilienialistas” interpretan esta profecía de la siguiente manera, parafraseando: “Él pondrá pié, literalmente, en la tierra material, y él sojuzgará a las naciones, y entonces, él las regirá, literalmente, con vara de hierro, por espacio exacto de mil años literales”. ¡Tantas ideas y profecías introducidas sin respaldo bíblico alguno! “Las regirá por mil años” no es lo que dice el texto sino, sencillamente, “las regirᔿCuándo? De inmediato, al manifestarse. ¿Por cuánto tiempo? Este detalle no se divulga, específicamente, en el texto. Se sobreentiende que por el tiempo necesario para llevar a cabo los juicios y los castigos de Dios sobre aquellas naciones rebeldes. El “cuerno pequeño”, profetizado en el Capítulo 7 de Daniel, es el conjunto de naciones opuestas a Dios en los días previos a la Segunda Venida de Cristo, y de él se dice: “Le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin” (Daniel 7:26). No se nos revela cuánto tiempo tome Cristo para destruir y arruinar “hasta el fin” al “cuerno pequeño”, pero de lo siguiente podemos tener certeza: que después del “FIN” del “cuerno pequeño”¡no habrá más cuernos, es decir, naciones o reinos, sobre la faz de la tierra!

2.  Aseguran los premilenialistas que las naciones siguen en la tierra por mil años después de la intervención del jinete del caballo blanco, y que serán regidas por Cristo, directa y personalmente, de tal manera que habrá perfecta paz y justicia durante todo un Milenio. Supongamos que esto fuese así. ¿Qué medios utilizaría el Señor para doblegar la voluntad de gentes intransigentes en su oposición a la Deidad, que odian a Dios, que blasfeman contra el cielo? Y si tiene que domarlas físicamente, ¿cómo puede ser el Milenio de los premilenialistas un tiempo de perfecta paz y tranquilidad en la tierra? Durante tal Milenio, ¿priva Dios a los seres humanos del libre albedrío? ¿Elimina totalmente el mal? ¿Para que nadie peque durante todo el Milenio? ¿De manera tal que ninguno se subleve contra el Cristo sentado, según se alega, sobre un trono material en la tierra?

 

a)  "Cuando el Cristo Yahúshua y sus ángeles vengan del cielo con gran poder y gloria, tal como dice Apocalipsis 19:11-21, ¡entonces el Cristo comenzará a gobernar las naciones de la tierra con vara de hierro!,..."

 

-“…comenzará a gobernar” es una interpretación particular que hace el Sr. Martínez de la expresión “regirá con vara”. “…comenzará a gobernar” son palabras no encontradas en Apocalipsis 19:11-21. “…comenzará a gobernar” implica un proceso que transcurra a través de bastante, o mucho tiempo. Pero, nuevamente señalo que al verbo “regirá” no le sigue ninguna cláusula adverbial de tiempo¿Por cuánto tiempo “regirá” Cristo a las “naciones”? Reiteramos: el versículo no lo especifica de modo alguno. Más sin embargo, al analizar todos los detalles desde el versículo 11 hasta el 21, se deduce que Cristo imponga, forzosamente, su voluntad en las naciones reunidas para guerrear contra él solo por el tiempo necesario para llevar a cabo los juicios y severos castigos de Dios sobre ellas.

 

b) Continúa el Sr. Tito Martínez sus explicaciones, diciendo: "...es decir, comenzará el período de tiempo mencionado en el capítulo siguiente, el 20, ¡el cual trata sobre ese período de MIL AÑOS, el Milenio! (Ap.20:1-7)."

 

(1)  Esta afirmación la encuentro desacertada por varias razones. El fin de la bestia, el falso profeta y las naciones se proyecta claramente en Apocalipsis 19:19-21. Ya lo hemos probado: ¡no queda nadie en la tierra! Todos los que se armaron contra el cielo “fueron muertos”. El “falso profeta”, o sea, la iglesia apóstata, lo mismo que “la gran ramera”“el hombre de pecado” (2 Tesalonicenses 2:3-10), o la segunda bestia de Apocalipsis 13, Cristo lo destruye “con el resplandor de su venida”. Así pues, tampoco permanece en la tierra. Liquidadas las naciones rebeldes y la religión apóstata, la tierra misma, escena de tanto pecado y violencia, es destruida. “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos” (Apocalipsis 20:11). Por consiguiente, lo encontramos del todo ilógico, irrazonable, que Apocalipsis 20:1-10 siga a Apocalipsis 19:11-21 en la línea de tiempo, ya que en Apocalipsis 20:1-10 se trata de eventos y circunstancias antes de la destrucción de la tierra. [En el quinto tema de este Capítulo Diez, ¿Cuál viene primero: el Milenio o “el día del Señor”? Determinantes los eventos que acecen en “el día del Señor”, comprobamos que el universo material Cristo lo elimina al final del “día” de su Segunda Venida.]

(2)  De hecho, Apocalipsis no presenta una sola serie de profecías que se cumplieran consecutivamente en la línea del tiempo, comenzando con el Primer Sello del Capítulo 6 y terminando con el Capítulo 22, sino siete series distintas de profecíascada una terminando con el fin del mundo y del tiempo. Apocalipsis 20:1-10 es la última de las siete. [Las “siete series” se presentan con lujo de detalle en el Capítulo Dos de este Análisis de las profecías y visiones.] Contrario a las proyecciones de los premilenialistas, Apocalipsis 20:1 no lee Entoncesdespués de la intervención del jinete que monta el caballo blanco, el diablo y Satanás fue atado por mil años”. ¡De modo alguno! Comenzando con Apocalipsis 20:1, al apóstol Juan se le revela, recalcamos, una nueva serie de profecías. Por lo tanto, Juan no fabrica ningún enlace entre la nueva serie y la que termina en Apocalipsis 19:21. Los premilenialistas son quienes se inventan un enlace que no existe en el texto sagrado. Ejemplo clásico del enlace fabricado lo tenemos en la primera palabra de la siguiente oración escrita por el Sr. Tito Martínez: “Entonces…”. Pero, reiteramos: el vocablo “Entonces” no figura en el texto inspirado de Apocalipsis 20:1.

 

c)  "Entonces el Diablo será apresado, atado y arrojado al abismo, para que él no pueda engañar a las naciones durante ese período de mil años literales, lo cual indica que en la tierra habrá NACIONES durante esos mil años."

 

-Comentario nuestro. Sin duda, habrá naciones en la tierra durante el Milenio. Pero, no habrá naciones en la tierra después de que el jinete del caballo blanco las haya liquidado totalmente, conforme a Apocalipsis 19:11-21; 14:18-20 y 16:12-16. Por lo tanto, ¡el Milenio precede la intervención terminante del jinete llamado “Fiel y Verdadero”!

 

d)  Tito escribe: "Entonces es cuando los verdaderos mártires cristianos resucitarán (volverán a vivir) y comenzarán a reinar o gobernar con el Cristo durante esos mil años (Ap.20:4-6). Estos santos resucitados y glorificados gobernarán con vara de hierro las naciones de la tierra (Ap.2:26-27), juntamente con el Cristo (Ap.19:15)."

 

(1)  Sr. Tito Martínez, ¿quiere usted decir que los “verdaderos mártires cristianos resucitarán” con cuerpos carnales y, por ende, mortales, para vivir de nuevo en esta tierra material durante mil años? ¡Puro “jehovismo atalayado”! ¡Y también puro pentecostalismo! El apóstol Juan dice: “Vi las almas de los decapitados” (Apocalipsis 20:4). Qué conste: “…las almas”, y no cuerpos de carne y sangre. Estas son las mismas “almas” del Quinto Sello (Apocalipsis 6:9-11) quienes se encuentran, no en la tierra, sino “bajo el altar de Dios”, o sea, en el cielo. ¿Quiere usted decir que retornen a la tierra, en cuerpos de carne y sangre, para reinar aquí, sobre tronos terrenales, por mil años? De ser así, ¿qué les sucede al final de los mil años? En particular, ¿qué les sucede a sus cuerpos físicos, pues siendo materiales y visibles estos cuerpos, también serían mortales? ¿Mueren? Pero, se muere físicamente “una sola vez” (Hebreos 9:27). ¿O son transformados? Pero, ¡ya recibieron su cuerpo transformado, acompañando al jinete que monta el caballo blanco en su retorno triunfal! “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1 Tesalonicenses 4:14). Esto ocurre en la Segunda Venida, y no, de cierto, en alguna especulativa “Tercera Venida”.

(2)  Tal y como dice Apocalipsis 20:4-6, estos mártires resucitan en la “primera resurrección”. Esta “primera” es de la misma naturaleza que la “segunda”. De no ser así, “primera” “segunda” perderían su significado natural. No siendo la “segunda” una resurrección de cuerpos mortales,  ¡tampoco lo es la “primera”! En ambas, el cuerpo que sale de la tumba no es “animal”, sino “espiritual” (1 Corintios 15:35-44). Certeramente, los mártires resucitan al principio del Milenio, pero no en cuerpos mortales (animales, físicos) para morar en la tierra, sino que reciben cuerpos poderosos, espirituales e inmortales. Y así, glorificados y premiados, se les concede el gran honor de sentarse con Cristo en su trono, de la manera que Cristo mismo se ha sentado en el trono de su Padre (Apocalipsis 3:21).

(3)  ¿Tiene Cristo trono en la actualidad? “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino” (Hebreos 1:8). ¿Tiene Cristo reino, trono y cetro solo durante mil años, y solo en el planeta Tierra, o tiene reino, trono y cetro desde Pentecostés hasta el fin del tiempo? “Preciso es que reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de su pies” (1 Corintios 15:25). ¿Tiene el Señor Jesucristo reino espiritual (Juan 18:36), y reina en la actualidad, sin tener trono en el cielo? ¡Inconcebible! Siendo él “Rey de reyes y Señor de señores”, seguramente cuenta con trono en el cielo. Dios juró que “levantaría al Cristo para que se sentase” en el trono de David. “Así que, exaltado por la diestra de Dios… dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra” (Hechos 2:30-35). ¿Sobre qué? Obviamente, ¡sobre el trono de David! Un trono en el cielo, y no en la tierra. Desde allá, Cristo reina sobre su iglesia en la tierra, y desde allá ejerce dominio sobre las naciones. Llegado el tiempo programado por Dios para los “diez cuernos” [reyes-reinos-naciones] (Apocalipsis 17:12-17), Dios mismo efectúa, en determinado instante, la resurrección de los mártires, quienes, revestidos de sus nuevos cuerpos espirituales e inmortales, ¡viven y reinan con Cristo mil años! Qué quede claro: ¡no en la tierra sino en el cielo! Cristo les concede el honor inigualable de reinar con él mil años. De la manera que él reina sin tener que bajar corporalmente a la tierra, ¡asimismo reinan ellos!, compartiendo Cristo su potestad con ellos.

(4)  También tengamos claro que ejercer potestad sobre las naciones, encaminándolas, trabando o librando, bendiciendo o castigando, levantándolas o permitiendo su caída, ¡no es sinónimo de regirlas “con vara de hierro”, quebrantándolas y desmenuzándolas como “vasija de alfarero”! Lo primero hace Cristo desde Pentecostés hasta el fin del tiempo. Lo primero hace Cristo, juntamente con los mártires resucitados, durante “mil años” cuando no se le permite a Satanás engañar a las naciones. Lo segundo hace Cristo, con sus “ejércitos celestiales”, al venir para herir de muerte, pisar en el lagar de furor e ira, y matar a las naciones para quienes, debido a su impenitencia intransigente, no hay esperanza o remedio.

 

e)  Tito dice: "Por consiguiente, la doctrina de que ese período de mil años es la actual era ‘cristiana’ no es más que una gran patraña ridícula y anticristiana, por la sencilla razón que, durante esta era ‘cristiana’ NI EL CRISTO NI SUS SANTOS MÁRTIRES RESUCITADOS ESTÁN GOBERNANDO LAS NACIONES DE LA TIERRA CON VARA DE HIERRO."

 

(1)  Jamás ha enseñado este servidor que el Milenio abarque toda la Era Cristiana. Claramente, he sostenido que cubre el tiempo de libertad de culto, el que transcurre entre el fin de la Edad Media y “el poco de tiempo” cuando la iglesia será perseguida de nuevo.

(2)  Sr. Martínez, observo que usted se precipita a menudo a gritar “gran patraña ridícula y anticristiana”, o exclamaciones parecidas. Al estudiar estos temas y argumentos con objetividad, quizá nuestros lectores inteligentes y racionales apliquen esa expresión tan culta y elocuente más bien a la maraña de interpretaciones contradictorias y desacertadas, carentes de respaldo bíblico, que confeccionan los premilenialistas, añadiendo usted mismo su voz estridente al gran coro que canta“¡Paraíso en la tierra por mil años después de la Segunda Venida! ¡Perfecta paz y tranquilidad durante todo un Milenio!”

(3)  Comoquiera, concordamos que “ni Cristo ni sus santos mártires resucitados están gobernando las naciones de la tierra con vara de hierro” en estos días que vivimos (primera mitad del Siglo XXI). No, de modo alguno, “con vara de hierro”, pues este instrumento de castigo y muerte lo utilizarán Cristo y sus ejércitos para destruir a las naciones del fin. Pero, muchas evidencias palpables respaldan nuestra convicción de que Cristo y los mártires resucitados “reinan” sobre las naciones actuales de manera tal que no persigan a la iglesia verdadera, garantizando la valiosísima libertad religiosa que disfrutamos. Fíjese usted: si Cristo no estuviera ejercitando su voluntad en las naciones de actualidad, si el gran caudal de sus hermosas enseñanzas no estuviera fluyendo libremente, regando y refrescando hasta las mentes de los gobernantes más poderosos, ¡es poco probable que usted pudiera publicar su doctrina por Internet sin sufrir represalias severas, tal vez aun muerte!

 

Estos tiempos maravillosos de libertad religiosa que disfrutamos, ¿en qué se parecen a los tiempos del Imperio Romano o a los de la Edad Media cuando el pueblo verdadero de Dios fue perseguido, pagando algunos el precio máximo del martirio? ¿O en qué se parecen al “poco de tiempo” cuando imperará un ambiente igualmente peligroso para la iglesia verdadera?

¿No tiene usted perspectivas históricas ajustadas a realidades? ¿No sabe dónde está ubicado usted mismo en la línea de tiempo de la Era Cristiana? De mi parte, me desenvuelvo, llevando a cabo las obras espirituales que quisiera, sin trabas políticas o eclesiásticas, sin persecuciones físicas, en un ámbito religioso de libertad y tolerancia. Cristo hace posible esta bendición tan grandiosa.

Dios mismo puso “en los corazones” de los diez cuernos “el ejecutar lo que él quiso” (Apocalipsis 17:17), sin tener que encarnarse, poniendo, para lograrlo, un trono material en Europa. Los diez cuernos (diez naciones nacientes a fines de la Edad Media), se levantaron, tal cual profetizado, contra la “gran ramera”, aborreciéndola y dejándola “desolada y desnuda”, devorándola y quemándola con fuego (Apocalipsis 17:16). También pelearon “contra el Cordero”pero el Cordero los venció, tal cual dice Apocalipsis 17:14. Los conquistó para él, para sus propósitos, para que ejecutaran lo que Dios había determinado para ellos. ¿Y qué hicieron? Pues, ¡se liberaron de la tiranía de la madre Iglesia Católica Romana, de sus persecuciones, de su malvada Santa Inquisición, de su dominio económico, de sus pretensiones políticas, y comenzaron a legislar preciosas libertades, incluso, libertad religiosa! Dios y Cristo intervinieron providencialmente en las naciones para que todo esto aconteciera así. Lo hicieron sin bajar de sus tronos celestiales. Su potestad “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío”(Efesios 1:19-23) se hizo sentir en las naciones, y hace su efecto hasta el sol de hoy. Comparten esta potestad divina los mártires resucitados que están sentados con Cristo en su trono, sin tener que bajar a la tierra tomando de nuevo cuerpos mortales.

¿Quién pone y quita los poderes seculares? ¿No lo hace Dios, según Romanos 13:1-5? ¿Tiene que encarnarse en la tierra para hacerlo? Negativo. Todos los gobiernos de la tierra están sometidos a la voluntad de Dios, haciendo el papel determinado por él, o el papel que se les permite hacer.

Estas consideraciones responden, en parte, a las exigencias y denuncias que usted, con tanta soberbia, apunta a continuación.

 

"Los falsos maestros que enseñan esa falsa doctrina de que esta era "cristiana" es el Milenio nos tienen que demostrar que el Cristo y sus santos resucitados están gobernando las naciones de la tierra con vara de hierro, y que, por tanto, en esta tierra ya está habitando la justicia en las naciones, y mientras ellos no demuestren esto, ¡entonces estarán engañando al mundo con una doctrina apóstata y de demonios (1Tm.4:1)!

 

Acabamos de demostrar que Cristo y sus santos reinan, pero no con “vara de hierro”. No tenemos que demostrar que haya en las naciones de la tierra “una justicia perfecta impuesta por Dios” por la sencilla razón de que ningún pasaje de la Biblia proyecta tal condición para el Milenio. Seguramente, 2 Pedro 3:10-14 no lo hace. Favor de escudriñar la explicación dada para este texto en los temas cinco y seis de este Capítulo Diez.

 

Añade el Sr. Martínez: "Pero hay más: el pasaje de Apocalipsis 20:1-3 dice bien claro que cuando comience el Milenio, Satanás el Diablo será atado y arrojado al abismo para que NO PUEDA ENGAÑAR A LAS NACIONES DURANTE EL MILENIO. Esto significa sencillamente lo que dice, es decir, durante el Milenio EL MUNDO NO ESTARÁ SIENDO ENGAÑADO POR SATANÁS, porque él estará atado y encerrado en un lugar llamado "el Abismo". Ahora bien, si usted lee Apocalipsis 12:9, verá que ahí se dice bien claro que el Diablo ENGAÑA (tiempo presente) AL MUNDO ENTERO durante esta era. Por lo tanto, cuando se escribió el Apocalipsis, que fue en el siglo 1 de esta era "cristiana", el Diablo estaba engañando al mundo entero, ¡lo cual demuestra de forma irrefutable que ESTA ERA "CRISTIANA" NO ES EL MILENIO MENCIONADO EN EL APOCALIPSIS!, porque durante el Milenio el Diablo NO PODRÁ ENGAÑAR A LAS NACIONES (Ap.20:3), quedando así pulverizada la doctrina falsa enseñada por el papismo y por las mal llamadas "iglesias de Cristo"!"

 

Sr. Martínez, Apocalipsis 12:9 no dice que Satanás engañe al mundo entero durante TODA LA ERA CRISTIANA. Citamos el versículo: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. Bien observa usted correctamente que en el Siglo I, cuando se escribió el Apocalipsis, “…el Diablo estaba engañando al mundo entero”. Pero, usted añade una deducción insostenible, a saber, “…¡lo cual demuestra de forma irrefutable que esta Era Cristiana no es el milenio mencionado en el Apocalipsis”. ¿”Irrefutable”? La falacia de su argumentación salta a la vista: ¡usted es quien aplica Apocalipsis 12:9 a TODA LA ERA CRISTIANA, y no el apóstol Juan, como tampoco, recalco, este servidor! Durante el Siglo I, y hasta el tiempo cuando Cristo venció a los “diez cuernos” (a finales de la Edad Media), abriendo paso a la libertad de culto, Satanás engañaba, por cierto, a las autoridades seculares, instigándolas a perseguir a Cristo y su pueblo. Pero, a Juan se le reveló que llegaría un tiempo, precisamente, el Milenio, antes del fin de la Era Cristiana, cuando Satanás no tendría tal poder sobre las naciones. Luego del Milenio, se le permite a Satanás engañar nuevamente a las naciones, es decir, poner a las autoridades seculares en contra de Dios y su pueblo, brotando nuevas persecuciones durante el temible “poco de tiempo”.

 

Sigue argumentando el Sr. Martínez: "Si esta era "cristiana" fuera el Milenio mencionado en el Apocalipsis, entonces el apóstol Pablo no habría llamado a esta era "cristiana" "LA PRESENTE ERA MALA": "4 El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo (era) malo, conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestro" (Gal.1:4). El Milenio no será una era o siglo malo, sino la ERA DEL CRISTO, durante la cual él gobernará con justicia a las naciones de la tierra (Ap.19:15, 20:4-6)."

 

Replica el Sr. Shappley de Álamo:

 

De nuevo, subrayo: ¡el Milenio no abarca toda la Era Cristiana!

¿Quiere usted decir, Sr. Martínez, que durante el Milenio, tal y como usted lo visualiza, ningún habitante del mundo cometerá siquiera un pecado pequeño? ¡Mil años exactos sin ni asomo de inmoralidad alguna! ¡Ninguna maldición se pronuncia! ¡Ningún hombre mira a una mujer, codiciándola sexualmente! ¡Nadie roba nada jamás! ¡Nadie dice una mentirita jamás! “El Milenio no será un siglo malo, sino la ERA DEL CRISTO”, afirma usted. Pues bien, ¡un Paraíso terrenal, sin tentaciones o pruebas! De ser así, los que nazcan durante “su Milenio” no conocen el pecado, ni pueden pecar. Por consiguiente, demás sería anunciarles el evangelio de salvación, ¿correcto? Todos son puros; no necesitan ser salvos. La sangre de Cristo no es para ellos. A propósito, ¿por qué haría falta una “vara de hierro” para gobernar a seres humanos completamente santos e incapaces de levantar un dedo contra el Cristo? ¿Por qué “gobernar con justicia” a un mundo paradisíaco donde no exista ninguna “injusticia”? Y, una vez más se plantea el asunto de “favoritismo”, de hacer “acepción de personas”, pues de ser el Milenio como los premilenialistas lo pintan, los seres humanos que nazcan y mueran en toda la tierra durante los mil años ¡serían inmaculados durante toda su existencia! ¡Tampoco sometidos a pruebas jamás! ¡Totalmente diferentes al resto de la humanidad!

En realidad, según Apocalipsis, la diferencia notable que distingue e identifica el Milenio es la cesación de persecuciones contra Cristo y su iglesia verdadera. Liberadas las autoridades seculares de engañosas creencias y supersticiones, no persiguen a Cristo y su iglesia, ni tampoco toleran que sus ciudadanos los maltraten. ¡Gloriosa libertad religiosa! ¡Incalculables sus bendiciones y valor! Las naciones seculares siguen en la tierra durante el Milenio bíblico. El pecado sigue en la tierra. La iglesia verdadera sigue en la tierra. Su misión prioritaria es la misma: anunciar las buenas nuevas de salvación a toda la humanidad, pues los seres humanos que habitan el globo durante el Milenio bíblico no se privan del libre albedrío. Pueden pecar, y pecan. Necesitan la salvación, mediante la sangre de Cristo, tal como los seres humanos antes y después del Milenio. Pero, al convertirse a Cristo, obedeciendo al evangelio, identificándose públicamente dondequiera como “cristianos”, ¡no se exponen a persecuciones fieras, aun al martirio! He aquí la circunstancia principal que enmarca el Milenio.

Así es que usted, Sr. Martínez, se equivoca en su interpretación y aplicación de Gálatas 1:4.

 

"Por lo tanto -repito- enseñar que esta era "cristiana" es el Milenio del Apocalipsis no es más que una gran patraña espantosa inventada por personas que ignoraban totalmente la verdadera Profecía Bíblica, ¡pero esto de ninguna manera significa que esos cristianos ignoren el verdadero Evangelio de la Gracia de Dios! (Hch.20:24), al contrario, ¡ellos son cristianos de verdad si creen en el verdadero Evangelio de la Gracia de Dios!, sin embargo, en profecía bíblica han sido engañados y están enseñando el error a otros."

 

Al principio de su escrito, usted fulmina contra este servidor y la “llamada iglesia de Cristo”, llamándonos “secta” con “doctrinas diabólicas”. Ahora, admite que podemos ser “cristianos de verdad”. ¡Decídase! Francamente, a estas alturas, usted debe a la “iglesia de Cristo” una disculpa pública, y más aún porque este servidor jamás se identifica como portavoz oficial de la “iglesia de Cristo”, ni pretende enunciar alguna “interpretación autoritaria de la iglesia de Cristo sobre el Milenio”.

 

"Dicho esto, vamos a analizar el famoso pasaje de 2 Pedro 3:10-13. Efectivamente, en ese pasaje de Pedro se hace referencia a la futura Segunda Venida del Cristo, llamada "el Día del Señor". Ahora bien, si observa, Pedro no dijo por ninguna parte que el Planeta Tierra dejará de existir cuando el Cristo venga en gloria, lo que él dijo bien claro es que este mundo será quemado por fuego y TRANSFORMADO en un nuevo cielo y una NUEVA TIERRA, donde morará la justicia (2P.3:13), y esa nueva Tierra es la que esperamos los cristianos; por lo tanto, el Día del Señor lo que traerá a este mundo podrido y malvado es una LIMPIEZA Y UNA TRANSFORMACIÓN completa, para convertirlo en un nuevo cielo y una nueva Tierra, donde la justicia del Cristo gobernará a las naciones; de modo que NI ÉL PLANETA TIERRA, NI LA HUMANIDAD, DEJARÁN DE EXISTIR CUANDO OCURRA LA SEGUNDA VENIDA DEL CRISTO."

 

¡Puro “jehovismo atalayado”! Esta interpretación forzada de 2 Pedro 3:10-13, que hace violencia al lenguaje preciso y natural del texto, que obvia la aseveración divina contundente según la cual “los elementos ardiendo serán deshechos”, se trae, discernimos, a consecuencia de la interpretación errónea de Apocalipsis 19:11-21 y Apocalipsis 20:1-10. Un enjambre de errores procrea todavía otros errores. Las premisas falsas y conclusiones defectuosas de los premilenialistas que resultan en su doctrina de “Milenio perfecto en la tierra después de la Segunda Venida de Cristo” los obligan a convertir en “simbolismo” las revelaciones del Espíritu Santo sobre el fin del mundo material. Al aceptar el Milenio como periodo de tiempo previo a la Segunda Venida de Cristo, el texto de Pedro no presenta dificultad alguna, armonizando perfectamente con los demás textos de la Biblia que enseñan la destrucción literal y completa de este universo material al regresar Cristo “por segunda vez” (Hebreos 9:28).

 

Pero, supongamos que “el Día del Señor lo que traerá a este mundo podrido y malvado es una LIMPIEZA Y UNA TRANSFORMACIÓN completa”, como asegura el Sr. Martínez, ¿queda podrido y malvado de nuevo después del Milenio al Satanás engañar nuevamente a las naciones? Entonces, ¿qué? ¿Se llevará a cabo otra limpieza y transformación completa? ¿Y qué mundo habrá después de la “Tercera Venida” de Cristo, la que proyectan los premilenialistas? ¡Qué confusión de ideas y especulaciones! Y todo porque se malinterpreta Apocalipsis 19:11-21 y se malentiende la doctrina del Milenio.

 

Lo irrefutable es que este mundo material no permanece para siempre. Es cosa visible, y, por consiguiente, temporal. Las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18). Es cosa hecha, y por consiguiente, será removida. “Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles” (Hebreos 12:26-27). Y esta remoción toma lugar al regresar Cristo “por segunda vez”.

 

Conclusión sostenida e irrefutable: ¡El Milenio precede la Segunda Venida de Cristo! Acuérdese, amado lector, ¡el jinete que monta el caballo blanco mata con la espada de su boca a todos los malvados y ateos intransigentes que integran las naciones reunidas "para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército"! ¡No queda sobreviviente! ¡No quedan naciones! La "vara de hierro" cae sobre los rebeldes impenitentes, y se desploman vencidos. No se levantan de nuevo. No son rescatados o restaurados. La espada de Cristo acaba con su vida.

 

Querido lector, la escena que describe Apocalipsis 19:15-21 es escalofriante en grado sumo. Pero, Apocalipsis no termina con esta escena. Las revelaciones de los Capítulos 21 y 22 descubren, para el deleite de nuestra mente y alma, escenas fabulosas de tierra nueva con cielos nuevos, de la nueva Jerusalén celestial y gloriosa, que desciende a la tierra nueva; del nuevo Edén, del Paraíso eterno de Dios, donde los justos hechos perfectos morarán por los siglos de los siglos en cuerpos espirituales inmortales. Por lo tanto, en esperanza de participar en tan magnífica herencia incorruptible, exclamamos ¡Abba, Padre! Y le animamos a creer, arrepentirse y sumergirse en las aguas bautismales "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38), viviendo en Cristo hasta el fin, para que Dios le tenga por digno de ser admitido al perfecto mundo venidero que él está preparando para sus amados hijos.

 

 


 

 

Primera Sesión de este Intercambio

 

Próximo tema del Capítulo Diez: La yuxtaposición, en la línea del tiempo, entre el Milenio y “el día del Señor”: ¿cuál viene primero?

“El día del Señor vendrá como ladrón en la noche…” ¿Vendrá antes o después del Milenio? Parte 1.

Componentes del Capítulo DIEZ de Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones.
LISTA completa.

Archivos en PDF para el comentario Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones

Índice de SOLO los TEXTOS que componen el comentario Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones

Desglose del contenido completo del comentario Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones, incluso las imágenes.

 

El rapto secreto, o silencioso. ¿Bíblico o ficticio? ¿Cuándo y cómo ocurre el arrebatamiento de los santos? DESGLOSE de recursos en esta Web.

 

  

¿Le gusta esta página? Por favor, ayúdenos a difundir la información por medio de compartirla automáticamente con sus amistades de Facebook, Google+, LinkedIn, y Twitter pulsando en los botones arriba colocados.

Derechos reservados. Permiso concedido para hacer una copia, o múltiples copias pero ninguna para la venta.